Los derechos de las mujeres afrodescendientes son sistemáticamente vulnerados; siendo reducida su participación en el ámbito laboral, estando limitado su poder para la toma de decisiones, así como el acceso a la propiedad y a la tierra.

Y está situación de la mujer afrodescendiente se hace más dramática en las zonas rurales, y a pesar de que, debido a la fuerte migración de los hombres, las mujeres realizan casi el 100% de las tareas agropecuarias: apenas el 25% aparece como propietaria, solo el 14% aparecen como socias de cooperativas y únicamente el 39% dispone de un seguro social.

Esta es la situación de muchas mujeres que viven en Maldonado, que se encuentra en la provincia de Esmeraldas en Ecuador y donde la pobreza llega a más del 90% de la población rural. Aquí, muchos servicios básicos no son accesibles para las familias. Y cosas que en España vemos como básicas, para ellos son un lujo. Casas de madera que se mantienen en pie con dificultad, caminos intransitables que provocan que la única forma de moverse sea a través de un río en sus pequeñas barcas…, provocan que cada día ‘luchen para sobrevivir’.

Mujeres que comienzan a liderar las cooperativas

En CODESPA trabajamos para reducir la desigualdad y acabar con la discriminación de la mujer. Ayudamos a mujeres afrodescendientes, productoras de cacao en Maldonado, en la provincia de Esmeraldas; una de las más pobres y olvidadas del país. Damos formación a las mujeres para fortalecer sus capacidades de negociación y sus conocimientos técnicos, lo que contribuye sustancialmente a desencadenar su potencial, mejorando su autoestima y fortaleciendo su rol dentro y fuera de la cooperativa.

Uno de los problemas a los que se enfrentan las mujeres y hombres de esta cooperativa del cacao es la baja productividad de sus cultivos y el acceso al mercado para vender sus productos en condiciones justas, lo que no les permite romper el círculo de la pobreza. Por este motivo trabajamos para que implementen técnicas de cultivo eficientes y respetuosas con el medio ambiente lo que provoca directamente una mejora de sus ingresos y una salida esperanzadora hacia una vida mejor.

Además, cada día más mujeres forman parte de esta cooperativa. Opinan, votan y son escuchadas. Orgullosas se sienten parte del desarrollo de su comunidad, líderes del cambio que este pequeño pueblo está viviendo.

En CODESPA les damos voz para que sean dueños de su futuro, queremos que tengan las mismas oportunidades de tener una vida plena y feliz, para ellos y sus familias.