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Vidas en movimiento, apoyamos a familias desplazadas en Goma

campo desplazados congo

La escalada de violencia en Kivu Norte, República Democrática del Congo, ha forzado a más de un millón de personas a abandonar sus hogares. En este contexto, el Campo de Desplazados Ngangi, cerca de Goma, se ha convertido en un refugio temporal para miles de familias que han perdido todo.

 

Las familias que habitan el Campo de Desplazados Ngangi llegaron sin pertenencias y enfrentan cada día una situación de pobreza extrema, desnutrición y falta de recursos básicos como agua potable debido al bloqueo de las rutas de suministro.

Desde 2023, CODESPA, en colaboración con el Centro de Jóvenes Don Bosco y con el apoyo de Fundación Pelayo, trabaja atendiendo a 350 familias desplazadas, priorizando a las más vulnerables.

 

Respuesta integral: seguridad, nutrición y dignidad

Estas familias, que suman alrededor de 2.500 personas, incluyen personas con discapacidad, mujeres embarazadas, madres lactantes, niños no acompañados y personas mayores. Nuestra labor se enfoca en garantizar condiciones mínimas de vida digna y apoyar la reconstrucción de sus vidas:

  • Mejorar la seguridad alimentaria: hemos distribuido kits de alimentos básicos como arroz, judías, harina de maíz, azúcar, sal, aceite vegetal y harina de soja, asegurando una dieta calórica mínima y equilibrada.
  • Garantizar acceso al agua potable y saneamiento: proporcionamos kits de higiene con jabón y productos para potabilizar agua, previniendo enfermedades y mejorando las condiciones de salubridad en el campamento.

Además, realizamos sesiones educativas sobre prácticas de higiene, como el lavado de manos y la desinfección de alimentos, y monitoreamos la calidad del agua para asegurar su consumo seguro.

Esta respuesta no solo cubre necesidades inmediatas, sino que también busca soluciones duraderas para mejorar la calidad de vida de estas familias desplazadas, brindándoles herramientas para recuperar su autonomía.

 

Resultados que tranforman

Hasta el momento, gracias a este esfuerzo conjunto, hemos logrado:

  • Mejorar la seguridad alimentaria de las familias más vulnerables.
  • Garantizar el acceso a agua potable y condiciones de higiene adecuadas.
  • Prevenir la propagación de enfermedades en el campamento.

La coordinación entre CODESPA y Don Bosco con organizaciones locales e internacionales como el Comité de Coordinación del Campo de Desplazados Ngangi y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha sido clave para dar una respuesta humanitaria eficiente.

 

Este proyecto es un ejemplo del impacto que la cooperación y la solidaridad pueden tener en comunidades devastadas por los conflictos. La colaboración entre las distintas entidades nos ha permitido organizar la distribución de los recursos y asegurar que las familias que apoyamos puedan enfrentar esta crisis con esperanza y resiliencia.

Seguiremos trabajando para aliviar el sufrimiento de quienes han perdido todo, con la esperanza de devolverles la oportunidad de reconstruir sus vidas.