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El potencial de la economía circular para superar la pobreza

carretillero colombia

En CODESPA creemos firmemente que la economía circular no solo es una estrategia clave para abordar los retos medioambientales globales, sino también una vía poderosa para combatir la pobreza y promover el desarrollo inclusivo.

 

En los contextos en los que trabajamos, la economía circular tiene el potencial de transformar comunidades vulnerables, generando empleo, oportunidades económicas y fomentando el uso eficiente de recursos. Nuestra experiencia en países como Perú, Marruecos y Colombia demuestra cómo este enfoque puede empoderar a las personas y ayudar a construir una economía más justa y sostenible.

La esencia de la economía circular reside en maximizar el uso de los recursos, reduciendo residuos y transformando lo que antes se consideraba desecho en nuevos productos o fuentes de energía. Este concepto, que parece técnico a simple vista, se materializa en realidades cotidianas a través de las comunidades con las que trabajamos. Al conectar a los sectores más vulnerables con oportunidades dentro de este ciclo económico regenerativo, hemos logrado impulsar negocios inclusivos que promueven la sostenibilidad y, al mismo tiempo, ofrecen un camino claro hacia la mejora económica.

 

La economía circular como motor de inclusión

Uno de los aspectos más poderosos de la economía circular es su capacidad para integrar a las comunidades locales dentro de las cadenas de valor que antes les eran inaccesibles. En muchas regiones rurales de Iberoamérica y África, los residuos son vistos como un problema y rara vez se perciben como recursos valiosos. En CODESPA, hemos aprovechado este cambio de perspectiva para desarrollar proyectos donde lo que antes se consideraba desecho se convierte en la base de nuevos emprendimientos sostenibles.

Un ejemplo claro de esto es nuestro proyecto en Perú, donde trabajamos con mujeres de la etnia awajún y sus familias en la producción de artesanías hechas con biofibra a partir del pseudotallo de plátano. Este residuo agrícola, que tradicionalmente se descartaba o quemaba, se transforma ahora en fibras naturales utilizadas por empresas de moda sostenible. Lo que para muchos era un subproducto sin valor ha sido convertido en una fuente de ingresos para las mujeres awajún.

bolso sostenible
Uno de los bolsos que fabrican las mujeres awajún
biofibra
Imagen del hilo que se genera a raíz de la transformación del pseudotallo de plátano

 

Este proceso no solo es sostenible desde un punto de vista medioambiental, sino que también genera empleo en comunidades vulnerables, empoderando a mujeres que antes no tenían acceso a oportunidades laborales. Aquí, la economía circular no solo reduce el impacto ambiental, sino que se convierte en un vehículo de inclusión socioeconómica, brindando a estas mujeres las herramientas para gestionar sus propios negocios, generar ingresos estables y participar activamente en sus comunidades.

 

Jaime Suntag, miembro de la Asociación de Productores Agroecológicos del Bajo Marañón (APAEBAM) comparte su experiencia sobre cómo la comunidad ha transformado su economía local mediante la producción de biofibra a partir del pseudotallo de plátano.

Primero cosechamos los plátanos y luego recogemos los pseudotallos. Antes los desechábamos en el campo o los tirábamos a los ríos, pero ahora los procesamos para extraer la biofibra. Esta fibra se convierte en hilos que podemos vender. No solo estamos generando ingresos, sino también cuidando el medioambiente.

Su testimonio refleja cómo la economía circular impulsa tanto el desarrollo económico como la conservación del ecosistema.

 

Innovación y valoración de residuos

La innovación es otro pilar fundamental de la economía circular. Lo que en la economía lineal tradicional se considera residuo, en la circular se redefine como un recurso con valor. En Marruecos, a través del programa Inno’VERT, hemos trabajado para demostrar este principio, impulsando la transformación de residuos urbanos y agrícolas en nuevos productos comercializables. Uno de los casos más representativos es la recolección de aceite de cocina usado, que tradicionalmente se vertía sin tratamiento, contaminando los recursos hídricos y afectando al medio ambiente.

Gracias a la creación de alianzas estratégicas con el sector privado y al trabajo con emprendedores locales, hemos establecido un sistema de recogida, transformación y venta de este aceite, convirtiéndolo en productos como jabón artesanal. Este tipo de emprendimiento no solo ofrece una solución ambiental al problema de la contaminación, sino que genera empleo formal para cooperativas de mujeres que, hasta ahora, dependían del trabajo informal o carecían de acceso a ingresos estables.

El programa Inno’VERT también se ha expandido hacia otros residuos, como el plástico y el papel, que son reciclados y transformados en mobiliario urbano y otros productos, cerrando así los ciclos de uso de estos materiales. De esta manera, la economía circular no solo se presenta como una solución a los desafíos medioambientales, sino también como una oportunidad para crear empleos sostenibles y formales en sectores donde antes predominaba la informalidad.

 

Sostenibilidad y empoderamiento comunitario

Uno de los principios más importantes en CODESPA es que el empoderamiento y la gestión autónoma de los recursos por parte de las comunidades son esenciales para el desarrollo sostenible. Esto es especialmente cierto en el contexto de la economía circular, donde los beneficiarios no solo participan como trabajadores, sino que se les capacita para ser gestores de sus propios negocios. Este enfoque asegura que los proyectos sean sostenibles a largo plazo y no dependan exclusivamente de actores externos para su continuidad.

En Colombia, este enfoque ha cobrado vida en nuestro trabajo con el sector azucarero. A través de la transformación de las hojas de caña de azúcar —residuo agrícola que solía ser quemado— en biomasa para la generación de energía. Hemos creado un modelo de economía circular que no solo reduce las emisiones de carbono, sino que también genera empleo para familias campesinas. Estas familias, capacitadas en el manejo de la biomasa, han encontrado en este proyecto una fuente de ingresos estable y sostenible, lo que reduce su vulnerabilidad económica.

La cooperación entre sectores, en este caso con empresas como Incauca, ha sido clave para lograr una integración efectiva de las comunidades rurales en la cadena de valor de la energía renovable. Esta alianza público-privada ha permitido que las familias involucradas no solo sean recolectoras, sino también gestoras de procesos productivos, desarrollando competencias técnicas y empresariales que les permiten asumir el control de su negocio.

 

carretillero colombiano
Albert Cantillo saludando desde su carretilla

 

Albert Cantillo, miembro de la Asociación Hoja de Caña, que trabaja en el municipio de Padilla, resalta el impacto de este proyecto:

Mi familia es mi motivación para trabajar día a día. Trabajar en Hoja de Caña e Incauca ha sido muy importante para mí. Gracias a esta oportunidad he logrado muchas cosas y he visto un cambio muy satisfactorio en nuestro grupo. Esta oportunidad nos ha permitido mejorar nuestras vidas en una región con pocas opciones.

 

Alianzas para la escalabilidad y la sostenibilidad

En CODESPA, entendemos que el éxito de la economía circular depende en gran medida de las alianzas estratégicas con el sector privado, gobiernos locales y otros actores del ecosistema. La escalabilidad de los proyectos de economía circular requiere un enfoque integral que involucre a todos los actores a lo largo de la cadena de valor.

Las alianzas público-privadas son fundamentales para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de los negocios inclusivos que nacen de la economía circular. Por ejemplo, en Marruecos, trabajamos estrechamente con las autoridades locales para establecer marcos de regulación y apoyo logístico para la recolección y tratamiento de residuos, lo que facilita el crecimiento de los negocios y asegura que se mantengan dentro de las normativas de sostenibilidad.

De manera similar, en Colombia, la colaboración con empresas privadas del sector azucarero ha sido crucial para asegurar que la biomasa producida a partir de hojas de caña no solo se use de manera eficiente, sino que también se integre en un sistema de energía renovable que beneficia tanto a las empresas como a las comunidades locales.

 

El potencial transformador de la economía circular

La economía circular no es simplemente una estrategia para reducir residuos; es un motor de transformación social y económica. Al centrarnos en el empoderamiento de las personas, la creación de empleo y la sostenibilidad, hemos podido demostrar que los modelos circulares pueden ser implementados de manera efectiva en comunidades vulnerables, generando impactos positivos tanto para el medio ambiente como para las personas.

En CODESPA, hemos visto de primera mano cómo la economía circular puede sacar a las personas de la pobreza al integrarlas en ciclos productivos sostenibles y formalizados. Al transformar residuos en recursos, no solo creamos oportunidades económicas, sino que también fomentamos la autonomía económica, la inclusión social y la conservación del entorno. La economía circular, lejos de ser un concepto teórico, es una realidad tangible que, cuando se implementa de manera inclusiva, tiene el poder de transformar vidas y comunidades.

El camino hacia un futuro más sostenible pasa por incluir a las personas más vulnerables en estos modelos, y en CODESPA seguiremos trabajando para hacer de la economía circular una herramienta eficaz para la lucha contra la pobreza y el desarrollo sostenible.

 

Escrito por Andrés Rodolfo Trujillo, representante de CODESPA Colombia; Luis Cáceres, representante de CODESPA Perú; y Adnane Laakel, representante de CODESPA Marruecos.