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El ecoturismo, una fuerza de inclusión, desarrollo local y conservación de la naturaleza

grupo de turistas

Según la ONU, el ecoturismo ofrece beneficios significativos al centrarse en la naturaleza y la cultura local, minimizando impactos negativos y generando ingresos económicos tanto para las comunidades locales como para las autoridades encargadas de la conservación de áreas naturales.

 

Con esto en mente, en el año 2005, desde CODESPA lanzamos un programa para promover el turismo rural comunitario (TRC) en Ecuador, Bolivia y Perú, con el objetivo de integrar a comunidades vulnerables en el sector turístico. Esta iniciativa facilitó la creación de rutas turísticas gestionadas por las propias comunidades, generando ingresos sostenibles. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, existían desafíos como la falta de apropiación local en la comercialización de los productos, baja calidad de los servicios, la escasa colaboración público-privada y los cambios continuados en los liderazgos socio-organizativos.

En 2011, nació RUTAS “Turismo Comunitario con Calidad Sostenible”, como una evolución del programa inicial. RUTAS se enfocó en un turismo inclusivo en Iberoamérica, mejorando la competitividad turística y la articulación comercial de emprendimientos, involucrando activamente a comunidades rurales vulnerables, al sector privado y a autoridades locales de Ecuador, Bolivia y Perú. Los resultados fueron alentadores, destacándose mejoras significativas en la calidad de vida de las comunidades involucradas.

El objetivo fundamental de RUTAS fue transformar los flujos turísticos en oportunidades de desarrollo, reducción de pobreza e inclusión para la población rural vulnerable de la región andina. Esta metodología innovadora fomentó la relación entre comunidades rurales y actores locales bien posicionados en el mercado turístico, atrayendo a turistas interesados en experiencias auténticas y enriquecedoras.

RUTAS logró apoyar a más de 4.000 emprendedores y sus familias en 800 emprendimientos distribuidos en 17 comunidades cercanas a destinos turísticos clave como los Lagos Imbabura en Ecuador, el Lago Titicaca en Bolivia y el Valle Sagrado del Cusco en Perú. Esto atrajo aproximadamente 85.000 turistas, beneficiando principalmente a las comunidades locales y contribuyendo significativamente a la economía familiar, aumentando sus ingresos en un 22%.

RUTAS ha evolucionado, su legado perdura en los países donde operó, marcando un hito en la gestión de proyectos de turismo rural comunitario. Las lecciones aprendidas continúan guiándonos en nuestra misión de apoyar a las comunidades rurales a mejorar sus condiciones de vida.

 

El turismo rural comunitario, una herramienta de conservación del medioambiente

En Bolivia, el turismo rural comunitario que promovemos destaca como una estrategia eficaz para la conservación del medio ambiente.

Un ejemplo notable es la ruta del TAKESI, un sendero que conecta la ciudad de La Paz con comunidades indígenas a través de más de ocho eco regiones que albergan especies amenazadas. En esta ruta, el 80% del turismo es nacional y el resto es extranjero. Aunque inicialmente la región carecía de buenas prácticas ambientales, la promoción de éstas está siendo crucial para conservar el recorrido y atraer a turistas más comprometidos y responsables con la naturaleza (fotógrafos de naturaleza, observadores de aves, paisajistas, investigadores, entre otros).

Gracias a este enfoque renovado, la ruta se ha diferenciado del trekking convencional. Ahora, las comunidades indígenas han reconocido su papel en la conservación y revalorización de sus espacios naturales, recibiendo incentivos económicos del turismo por su cuidado de los ecosistemas.

hombre con prismáticos
Aviturismo en la ruta del TAKESI en Bolivia

 

En Ecuador, apoyamos programas de ecoturismo en comunidades indígenas de los Andes y de la Amazonia con una estrategia que combina el turismo sostenible y el fortalecimiento de bioemprendimientos, negocios locales que aprovechan de manera sostenible la biodiversidad de la zona. Estos proyectos se han convertido en herramientas para proteger la naturaleza y la identidad cultural.

Por otro lado, aunque el ecoturismo ofrece una gran oportunidad para la preservación del medio ambiente, se siguen enfrentando desafíos significativos. En Ecuador, es crucial orientarse hacia segmentos turísticos menos impactantes mediante políticas institucionales y una sensibilización de la población continua. En Bolivia, el reto radica en manejar las percepciones negativas sobre la conservación, muchas veces asociada a la expulsión de las comunidades de sus tierras, y fomentar la organización comunitaria para una gestión sostenible y autónoma de sus recursos naturales.

La creación de guías de turismo específicas para disfrutar de la naturaleza y la cultura de manera sostenible o la promoción de la cosmovisión indígena son algunas de las soluciones que hemos aportado para superar estos desafíos y promover la conservación.

Otro ejemplo que adopta una perspectiva diferente en la gestión del turismo es la labor que realizamos en República Dominicana, donde también promovemos el turismo ecológico y conservacionista especializado en actividades como el avistamiento de aves, ballenas, delfines y manatíes; senderismo o escalada en acantilados, entre otras. Esto cobra especial relevancia en un país que ocupa el séptimo lugar en vulnerabilidad climática en la escala mundial.

Acantilado
Acantilado en la bahía de Samana, en República Dominicana

 

La promoción de la cultura indígena, en el núcleo de la experiencia turística

Las tradiciones y la cultura indígena también forman parte de la experiencia turística que se ofrece, creando así un círculo virtuoso en el que la comunidad recupera sus antiguos saberes. De esta manera, esta sabiduría no se pierde y se sigue transmitiendo de generación en generación.

hombre indígena
José Vargas, emprendedor y participante de un proyecto de ecoturismo en Ecuador

 

Esto es fundamental porque el turismo es un negocio de carácter estacional. En CODESPA apoyamos a las comunidades para que diversifiquen sus actividades económicas. Así, los saberes indígenas se trasladan a los bioemprendimientos, proyectos de artesanía o de gastronomía, entre otros, que pueden integrarse en paquetes de ecoturismo y contribuir a la prosperidad de la comunidad durante todo el año.

La cosmovisión indígena y las formas de convivencia con la naturaleza tienen raíces milenarias, pero sus conocimientos y sabidurías se están perdiendo con cada generación. El ecoturismo fomenta su rescate y revalorización como un método de resiliencia, especialmente para establecer un equilibrio armonioso entre las personas y la naturaleza.

 

Un presente para las mujeres y un futuro para las siguientes generaciones

En Ecuador, 500 familias vinculadas a 50 emprendimientos turísticos, muchos de ellos gestionados por mujeres, han experimentado diversos beneficios como un aumento en la llegada de turistas, un incremento en el gasto promedio por visitante, y mejoras significativas en sus ingresos y calidad de vida.

Esto implica que la comunidad y sus mujeres pueden generar un presente ilusionante para su población y asegurar un futuro viable para las siguientes generaciones, que normalmente se enfrentan al desempleo, la precariedad o la emigración como únicas opciones.

En Bolivia, la precaria situación de los derechos económicos de las mujeres se refleja y afecta su calidad de vida, agravando las brechas de desigualdad y las múltiples dimensiones de la pobreza relacionadas con el empleo, los ingresos, la educación, la salud, la vivienda, el acceso a los servicios básicos, la seguridad ciudadana y la participación política y social.

En los últimos cinco años hemos trabajado en el país con más de 1.700 mujeres, promoviendo sus habilidades para el desarrollo de negocios vinculados al turismo. Éstos no solo han mejorado la rentabilidad de sus emprendimientos, sino que también han fortalecido el empoderamiento y el reconocimiento del papel de la mujer en la economía familiar.

Hoy en día, el enfoque de género en nuestros proyectos se considera una prioridad para desarrollar soluciones que contribuyan a mejorar las condiciones y capacidades de las mujeres. Con esto buscamos potenciar el trabajo digno y fortalecer las formas de liderazgo en las actividades económicas y los entornos sociales y políticos de las mujeres.

También en Perú, este enfoque es especialmente beneficioso. A través del emprendimiento de turismo rural comunitario ATIPTALLA, en el que participan 33 familias lideradas por mujeres, el turismo ha supuesto:

  • Reducción de brechas laborales: generando oportunidades de autoempleo para mujeres, quienes constituyen el 77% de la población analfabeta y están limitadas en el mercado laboral.
  • Empoderamiento: los ingresos adicionales les permiten destinar recursos a salud y educación, aumentando su independencia económica y capacidad para expresar opiniones, reduciendo así el riesgo de violencia.
  • Liderazgo: fortaleciendo sus capacidades de participación en la toma de decisiones para la gestión de sus emprendimientos, visibilizando su rol como promotoras del cambio en sus comunidades y sus familias.
mujeres indígenas peruanas
Mujeres lideresas de ATIPTALLA en Perú

 

Además, las familias han aumentado sus ingresos mensuales en un 6%, han fortalecido sus habilidades emprendedoras y han reducido su aversión al riesgo, promoviendo inversiones y crecimiento dentro de la propia comunidad. Asimismo, invertimos en la capacitación digital de los jóvenes peruanos, preparándoles para asumir roles clave en la gestión de proyectos en el futuro.

En República Dominicana, mujeres y jóvenes también se sitúan como protagonistas. Por un lado, colaboramos con redes de mujeres y autoridades locales para identificar iniciativas productivas vinculadas directa o indirectamente al turismo, integrándolas en esas actividades para mejorar sus ingresos y fortalecer su modelo de negocios. Por otro lado, también trabajamos con estudiantes y jóvenes para desarrollar un modelo de cogestión ambiental relacionado con el turismo, promoviendo su liderazgo y brindándoles nuevas oportunidades.

 

Las alianzas, la clave del éxito

Para asegurar que los proyectos de ecoturismo son sostenibles y benefician a todos, es fundamental establecer alianzas sólidas entre las comunidades y el sector público y privado. Así, CODESPA actúa como un conector para facilitar la firma de estos acuerdos y que el proyecto despegue y se mantenga a largo plazo.

En Bolivia, las alianzas estratégicas son esenciales para integrar a las comunidades aisladas en el sistema turístico comercial. Al trabajar con comunidades tan vulnerables, colaborar con la empresa privada y los emprendimientos locales es crucial para abrir mercados estratégicos y especializados.

En Perú, es vital establecer alianzas con el sector privado y las empresas bajo condiciones justas, asegurando que todas las partes vean oportunidades de obtener beneficios equitativos. La articulación con las instituciones públicas también es clave para crear normativas y resoluciones que fomenten el turismo rural comunitario. Este enfoque garantiza que las comunidades estén involucradas y capacitadas para ofrecer servicios turísticos de calidad.

En Ecuador, las alianzas con el sector privado, incluyendo turoperadoras, agencias de turismo, cámaras de turismo y proveedores de servicios, son fundamentales para el éxito. Además, la colaboración con el sector público es igualmente importante para la promoción de los proyectos y la adecuación de servicios básicos como agua y carreteras. Estas alianzas aseguran una infraestructura adecuada y una promoción eficaz, facilitando el desarrollo sostenible del ecoturismo.

Aliados como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que nos apoya con un convenio en Ecuador, u organizaciones como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o el Critical Ecosystem Partnership Foundation (CEPF), hacen posible que estas iniciativas salgan adelante y los equipos cuenten con las herramientas adecuadas para realizar su labor.

Grupo de niños dibujando
Grupo de niños realizando actividades en la ruta del TAKESI en Bolivia

 

Un sector en crecimiento que augura un futuro más sostenible

En conclusión, los proyectos de ecoturismo que promovemos en Ecuador, Bolivia, Perú y ahora también en República Dominicana, han demostrado ser herramientas eficaces para la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible de comunidades rurales vulnerables. Estos programas logran integrar a las comunidades locales en el mercado turístico, mejorando su calidad de vida a través de la generación de ingresos adicionales y la promoción de su cultura y el saber tradicional.

En el contexto actual, donde los turistas buscan experiencias más auténticas y sostenibles, el ecoturismo tiene perspectivas de crecimiento prometedoras. Sin embargo, su desarrollo requiere enfrentar y superar varios desafíos, desde la percepción y aceptación comunitaria hasta la implementación ecotude prácticas sostenibles y la adaptación a cambios sociales y políticos. Por eso, seguimos comprometidos con apoyar a estas comunidades, asegurando que el ecoturismo siga siendo una fuerza transformadora para la conservación y el desarrollo en Iberoamérica.

 

 

Han participado en la elaboración de este artículo Ximena Peñuela Díaz, responsable de consultoría, gestión del conocimiento y evaluación de CODESPA; Miguel Ángel Villarroel Campero, responsable de la delegación de CODESPA Bolivia; Arcenio Maldonado Candia, experto en turismo de la delegación de CODESPA Bolivia; Ferrán Gelis Escala, delegado de CODESPA Ecuador; Luis Cáceres Merca, responsable de la delegación de CODESPA Perú; Judith Jiménez Serrano, experta en turismo de la delegación de CODESPA Caribe; Abraham Cáceres Cabana, experto en turismo de la delegación de CODESPA Perú; Diana Patricia Borrero Román, responsable de la delegación de CODESPA Caribe.