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Los jóvenes en Bolivia, una fuerza positiva para el cambio

El futuro de todo país pasa por sus jóvenes que, con el conocimiento y las oportunidades necesarias para prosperar, pueden ser una fuerza positiva para el desarrollo.

 

Tal y como señala la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuando los jóvenes son empoderados, conocen sus derechos y se forman en habilidades de liderazgo, se convierten en agentes del cambio en sus comunidades y en sus países.

En particular, los jóvenes deben adquirir la educación y las habilidades necesarias para contribuir en una economía productiva; y necesitan acceso a un mercado laboral que pueda absorberlos en su tejido, advierte la ONU.

Esto es especialmente relevante en un contexto en el que los jóvenes tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos y también son más proclives a sufrir el subempleo y la precariedad laboral. Para los más vulnerables, estos desafíos son todavía más complejos.

Por eso, el Objetivo 8 de Desarrollo Sostenible incide en la necesidad de un crecimiento económico inclusivo y sostenible, el trabajo pleno, productivo y decente para todos. Para lograr este objetivo de la Agenda 2030, es necesario abordar los desafíos de desarrollo a los que se enfrentan los jóvenes y reconocer su papel como promotores del cambio.

Guiados por este convencimiento, en CODESPA trabajamos con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y la Fundación Ser Familia en las ciudades bolivianas de El Alto y la Paz para promover la inserción de los jóvenes vulnerables en el mercado laboral. Una labor crucial en Bolivia, el país de la región con una mayor tasa de empleo informal (del 80%), una situación de vulnerabilidad que afecta principalmente a los jóvenes y a mujeres. Un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral Agrario (CEDLA) revela que seis de cada 10 jóvenes bolivianos ocupados en el mercado informal no llegan a ganar un equivalente al salario mínimo nacional al mes.

Sin embargo, nuestra experiencia revela que, si se les capacita con las habilidades y el conocimiento necesarios, los jóvenes se integran en el mercado laboral, amplían sus oportunidades de futuro y adquieren un compromiso con su comunidad.

El escenario pospandemia ofrece una gran oportunidad para seguir trabajando en la recuperación del empleo sin dejar a nadie atrás y apoyando un crecimiento inclusivo en el que estén integrados los jóvenes.

 

El proyecto Oportunidades, en busca de un futuro sostenible e inclusivo para Bolivia

Nuestro trabajo en Bolivia apuesta por la mejora de las habilidades de empleabilidad de los jóvenes apoyando un crecimiento integral de todo su potencial.

El objetivo no es sólo reducir el desempleo, sino crear las condiciones para un trabajo estable, entendiendo que sólo así se podrá conseguir la auténtica inserción laboral de estos jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Por eso, durante el proyecto, los jóvenes profundizan en su conocimiento personal, dominan habilidades para la vida, se comprometen con su entorno y adquieren conciencia de los derechos laborales que deben cumplirse en la empresa para la que trabajen, aparte de recibir capacitación técnica constante.

Para ser considerado un caso de éxito es fundamental que se cumplan los siguientes principios:

  • Mejor empleo en términos de ingresos, responsabilidades, seguridad en el empleo y condiciones saludables en el trabajo.
  • Respeto a los derechos de los trabajadores, buscando empresas de las que los jóvenes puedan formar parte y en las que el trabajo desempeñado cumpla con las obligaciones y derechos que se exigen.

 

Yaneth Mamani, una nueva oportunidad tras la crisis del coronavirus

Yaneth trabaja en el restaurante Pizza Mozzarella como auxiliar de cocina

Yaneth Mamani estudió contabilidad, tiene 28 años y es madre de una niña. Vivió la pandemia con una mezcla de miedo e ilusión porque, mientras el mundo entero se confinaba, ella estaba embarazada y esperaba la llegada de su hija.

Cuando pasó la pandemia, la joven se lanzó al mercado laboral y se encontró con una situación muy complicada que la dejó desesperanzada respecto a sus posibilidades profesionales. Recuerda:

Había mucho recorte de personal en todas las empresas y no era fácil encontrar trabajo, por mucho que tuvieras un título.

Con su participación en el proyecto Oportunidades, Yaneth Mamani ha logrado más formación y un mayor desarrollo profesional, hasta encontrar un empleo con el que puede mantener a su familia.

Yaneth espera poder enseñarle a su hija que con esfuerzo y con las herramientas adecuadas, se puede labrar un futuro. Cuenta con retomar sus estudios y seguir formándose para ensanchar su carrera profesional. Una perspectiva que encara ya mucho más esperanzada.

 

Noelia y Luz, dos jóvenes con sueños de emprender

Noelia participa en el taller “Proyecto de vida laboral y educativo”

El día de Noelia Añazgo Vargas, estudiante de 18 años y amante del boxeo, comienza muy temprano. A las cinco de la mañana está en pie y llega puntual a sus clases en el Instituto Técnico de Ayacucho, una de las entidades locales con las que colaboramos.

La joven estudiante se ha capacitado en el proyecto y asegura que ha ampliado sus metas personales y profesionales. En el futuro, Noelia quiere lanzar su propio negocio y poder compartir con otras personas la formación que ella misma ha adquirido.

Me gustaría tener mi empresa y contratar a personas que lo necesiten y tengan ganas de trabajar.

Los mismos sueños tiene Luz Belén Mamani, estudiante de Gestión y Emprendimiento. La joven tiene claro que quiere tener una empresa de diseño digital y asegura que haber acumulado más experiencia laboral y formación profesional ha aumentado sus expectativas de futuro.

Luz, estudiante de Gestión y Emprendimiento

La experiencia ha tenido un impacto claro y directo en sus ingresos. Luz ganaba 200 bolivianos (25€ aprox.) y al término de su participación ya estaba ingresando 2.200 bolivianos (285€ aprox.). Para la joven ha supuesto una manera de apoyar a su familia y de asegurar sus expectativas de futuro.

Pero, además, también le ha ayudado a implicarse más en la vida de su comunidad y a comprometerse con distintas causas sociales, como la preservación de la naturaleza o el apoyo a diferentes voluntariados.

Y es que nuestro modelo hace especial énfasis en lo cualitativo, al recabar información de los procesos de inserción laboral, no sólo nos centramos en la remuneración percibida, sino también en las responsabilidades asignadas a estos trabajadores o en la confianza a la hora de delegar actividades más sensibles en ellos.

 

Para la empresa los resultados son también muy satisfactorios. Así lo expresa Mari Salas, de AGN, que asegura que desde que colaboran con CODESPA no necesitan preseleccionar a sus candidatos porque los jóvenes que participan del programa de inserción cumplen con todos los criterios de cualificación.

Estos testimonios recuerdan que es fundamental aprovechar las oportunidades y seguir trabajando en conjunto para construir un futuro más próspero y equitativo para todos.

 

Escrito por Jaime Ballivián, Coordinador de Proyectos de CODESPA Bolivia.

 

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