El pasado mes de julio José Ignacio González-Aller (Director General) y Marcello Gandolfi (Director de Proyectos) visitaron al equipo de Angola, país donde trabaja CODESPA desde 2010. Allí les esperaba Juan Ramón García junto con el equipo de más de 30 angoleños que forman parte de la Delegación. José Ignacio relata las vivencias de este extraordinario viaje con el propósito de acercarnos a la realidad de las personas más vulnerables.
La pobreza en cifras
Angola es un país con unas condiciones climáticas muy duras. Aun así, sus habitantes han sabido adaptarse desde hace cientos de años a estas circunstancias gracias a la multiplicación de los medios de vida: agricultura durante los tres meses de lluvia, cría de pequeños animales (gallinas o cabras), recolección de frutos silvestres y raíces, y trueque en el mercado por otros productos básicos.
Pero en la actualidad, Angola enfrenta la peor sequía de los últimos 40 años, lo que ha provocado la pérdida de dos de esos medios de vida: la agricultura y los animales, que se mueren por falta de agua. Esto provoca un grave problema de alimentación.
Una de las zonas que se ven más afectadas es la provincia de Cunene, situada al sur del país, ya que es una región semiárida con lluvias estacionales muy escasas. Está atravesada por el río Cunene, muy caudaloso, pero al que no tienen acceso por no disponer de bombas ni sistemas de riego.
CODESPA es la única ONG española e internacional con presencia en Cunene. En esta tierra escondida nos instalamos en una pequeña casa en el municipio de Curoca, que nos sirve de oficina y de vivienda para nuestros técnicos. El equipo está formado por varios coordinadores especialistas, con técnicos de campo a su cargo, que se desplazan en moto entre los intransitables caminos de tierra. Cada coordinador atiende a 6 comunidades, que visitan una vez por semana.
Durante el viaje, hemos tenido la oportunidad de conocer a muchos de nuestros beneficiarios. Aunque no todos, gran parte de ellos están en una situación de infra subsistencia, es decir, pasan hambre, no tienen abrigo (las noches son muy frías en esta época del año), ni vivienda, ni agua…
Nuestro reto es que pasen de esa situación de infra subsistencia a la de subsistencia; es decir, que tengan suficiente para comer y cubrir sus necesidades básicas.
Paso a paso hasta llegar a la meta
Nuestros proyectos buscan potenciar la recuperación y mejora de sus medios de vida. Para lograrlo, la primera acción que llevamos a cabo es la instalación de bombas de agua cerca del río, rehabilitación y recuperación de puntos de agua existentes cercanos a las comunidades; para paliar la escasez de agua.
Posteriormente, en todas las comunidades organizamos una escuela de campo. Se trata de un espacio al aire libre donde los campesinos reciben clases semanales sobre mejores técnicas agrícolas para después replicar el modelo en sus parcelas. Los nuevos conocimientos aprendidos son muy variados dependiendo de las necesidades de la zona. Desde cultivar hortalizas y árboles frutales con riego por goteo, hasta gestionar un banco de semillas o almacenar la producción sobrante adecuadamente en bidones.
En todos los casos, procuramos adaptar el sistema agrario y compartimos técnicas para la elaboración de productos provenientes de los frutos silvestres: miel, mermeladas, etc., que además de servirles de alimento durante la época seca, pueden intercambiar en el mercado por otros productos, como grano, ropa o herramientas.
Agricultura familiar
Es importante que cada familia se sienta parte de esta transformación y que en su núcleo familiar adquieran los recursos y habilidades para diversificar sus medios de vida y con eso potenciar los de la comunidad. Podríamos resumir nuestros proyectos bajo estos tres principios básicos:
- El acceso al agua, centrado en rehabilitar y recuperar puntos de agua existentes cercanos a las comunidades instalando bombas que permitan su flujo.
- Adopción de técnicas de Agricultura Climáticamente Inteligente (CSA, por sus siglas en inglés Climate-Smart Agriculture). Se trata de promover técnicas agrícolas sostenibles que se adapten al clima y a las circunstancias del país y las comunidades. Por ejemplo, la entrega de semillas más resistentes a la sequía y el uso de abonos y fertilizantes orgánicos (elaborados en la propia comunidad).
- Garantizar la seguridad. Además, se le da importancia a la multiplicidad de la producción para elaborar productos artesanales, que luego pueden vender (trueque). También se favorece el cuidado de animales de pequeño tamaño y se pone en valor la importancia de la salud y la higiene.
Líderes del cambio
María Lucrecia es una de las beneficias que, a raíz de su participación en la escuela de campo de su comunidad, ha visto un cambio en su mentalidad, su confianza y su trabajo. Es facilitadora en Capanga y tiene su propia parcela cerca del río, del que ahora puede extraer agua.
“Antes no dábamos importancia a la agricultura. Pero en la escuela hemos aprendido muchas técnicas que son buenas para nuestro día a día. Ahora sabemos cómo aprovechar nuestros cultivos, cuidarlos, recolectar, tratar el agua para nuestro consumo, cuándo consumir lo producido… Esto es muy bueno para nuestra salud. Con todo lo aprendido me siento capaz de ayudar mejor a mi comunidad”.
Cerca de la pobreza, siempre en alianza
En la capital, Luanda, nos reunimos con varios de nuestros aliados como la Unión Europea, el Instituto Camões (Instituto da Cooperação e da Língua) y Gherda Barreto y Anastacio Roque Gonçalves, representantes de FAO en el país. También visitamos a Manuel María Lejarreta Lobo, Embajador de España en Angola y amigo de la organización.
Forjar alianzas está en el corazón del trabajo de CODESPA. Somos conscientes de que la colaboración con los actores adecuados es la garantía del éxito de cada uno de nuestros proyectos.
Actualmente los tres proyectos que tenemos en Cunene ayudan a 5.487 familias, además de todas las personas que, sin participar directamente en los proyectos, se benefician de los grandes logros.