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Emprendimiento con flor de loroco: Leonor, un ejemplo para todos

En el caserío El Filo de la Aldea Talquezal, departamento de Chiquimula, a 215 kilómetros de la capital de Guatemala, vive Leonor Pérez Súchite, con su marido y sus cuatro hijos pequeños. Al igual que su familia, las comunidades del municipio de Jocotán sufren una alta inseguridad alimentaria y pobreza extrema, condiciones que se agudizaron por los efectos de la COVID-19.

 

La importancia de las alianzas en el impacto local

El proyecto que desarrollamos, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID), está enfocado en el fortalecimiento organizativo de las asociaciones locales. El objetivo es mejorar su funcionamiento para producir y vender un cultivo con mayor potencial y valor de mercado que los granos básicos de la zona.

Después de identificar las necesidades, empezamos a trabajar con la cooperativa AGROVAL, especializada en la producción y comercialización de loroco, una planta comestible presente en numerosos platos de la cocina latinoamericana.

Nuestra propuesta de fortalecimiento se ha concretado en:

  • La incorporación de nuevos productores a la cooperativa.
  • La mejora de sus procesos, a través de nuevos envases o equipos de congelación.
  • La aplicación de buenas prácticas tales como la producción de su propio abono orgánico.
Flor de loroco.

El cambio de Leonor

En enero de 2020 invitamos a Leonor a integrarse en esta cadena productiva y un año antes, debido a su espíritu emprendedor, se unió al grupo de ahorro y crédito EntreTODOS de su comunidad. Aunque su capacidad de ahorro era pequeña, pensaba: “de centavo en centavo, haré crecer mis ahorros para mejorar mi economía”.

Durante este periodo ha solicitado un préstamo al grupo. El 50% lo destinó a necesidades emergentes por las tormentas ETA e IOTA y el otro 50% lo invirtió en establecer una parte de su nueva parcela de loroco como actividad generadora de ingresos.

Su esfuerzo y trabajo han sido notables y, en pocos meses, la plantación empezó a generar una producción suficiente para el consumo familiar e inició la venta entre sus vecinos. De hecho, el segundo año de su participación, decidió reinvertir en el grupo de ahorro el 50% de los beneficios que obtuvo de la venta de loroco.

Leonor: “Me siento feliz y muy agradecida con CODESPA, porque nos ayudan a mejorar nuestra economía, a ahorrar e invertir nuestros créditos en cultivos y terrenos nuevos que antes no se aprovechaban.

Tengo la esperanza de que con los ahorros que he generado podré afrontar todas las dificultades que puedan surgir. Ahora mi familia y mis vecinos me felicitan porque ven cómo está progresando mi cultivo y nuestros ingresos.

Comparto todo lo aprendido con ellos y los animo a que aprovechen las enseñanzas y ayuda de CODESPA”.

El impacto del loroco en la comunidad

La familia de Leonor ha sido una de las 49 que se han incorporado a la producción y cultivo de loroco.

El 79% de esas familias están lideradas por mujeres que, al igual que Leonor, han visto mejorar sus condiciones de vida gracias al trabajo digno y al empoderamiento de sus capacidades a través de las alianzas y el emprendimiento.

 

Etelvina López es una de las productoras de loroco de la aldea Talquezal, comunidad vecina a la de Leonor.
La tortilla es uno de los productos que se pueden elaborar con loroco.

 

Proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

 

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