Nos llegan noticias desde Marruecos, donde ha finalizado con gran éxito un proyecto de acceso a empleo digno, para mujeres en riesgo de exclusión social. En la ciudad de Larache, 25 mujeres han participado en un programa de formación que está cambiando sus vidas.

El proyecto incluía talleres de habilidades sociales y profesionales, alfabetización, empoderamiento y autonomía, pero iba más allá. Incluía sesiones grupales de emprendimiento y empleo, así como asesoramiento personalizado. Durante la pandemia, algunas participantes tuvieron que abandonar los talleres, pero prácticamente todas volvieron. En los últimos meses, se incorporaron cinco más.

Una vez terminado el proyecto, el 100% de las mujeres cuentan con una formación en soft skills y el 80% cuenta con un certificado en puericultura. Todo esto ha sido posible con la financiación de Ebro Foods, grupo empresarial español de alimentación. Otro socio del proyecto, L’Entraide Nationale, cedió unos locales para este curso.

La iniciativa implicaba un desafío añadido: la mayoría de las mujeres interesadas en el programa –entre los 18 y 35 años de edad– tenían hijos pequeños aún no escolarizados. Por eso, se puso en marcha un servicio profesional de guardería, para que pudieran dedicarse a su inserción laboral sin descuidar sus obligaciones familiares. Tras su gestión y consolidación, el centro de guardería atendió a 25 niños y niñas.

Más de la mitad cuentan con un trabajo que mejora sus ingresos y, consecuentemente, sus condiciones de vida. Quince de las participantes quisieron seguir formándose y recibieron, además, formación en Puericultura. Ahora trabajan en guarderías de la ciudad o en casas particulares en oficios del sector del cuidado de los niños o limpieza.

Una primera oportunidad

Ebro Foods empezó a apoyar la labor de CODESPA en Marruecos en 2012. Desde entonces, ha brindado oportunidades de desarrollo e inserción sociolaboral a cientos de personas de Larache que viven en el entorno cercano de la fábrica de Mundiriz, filial del Grupo Ebro Foods en Marruecos. Lo más común entre las mujeres de la zona es no haber tenido oportunidades de formación: abandonaron la escuela a edad temprana y se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y social. Los hijos e hijas de estas mujeres son grandes beneficiados de este tipo de cooperación. Un día, sus madres podrán contarles cómo cambió todo, mientras ellos jugaban en aquella guardería y a ellas se les daba su primera gran oportunidad.

En palabras de Blanca Hernández, presidenta de la Fundación Ebro Foods:

Alcanzar todos estos logros y favorecer el desarrollo y la igualdad de oportunidades en las comunidades de nuestro entorno ha sido posible gracias a la inestimable ayuda de CODESPA. Su implantación a nivel local y su profundo conocimiento de la realidad social y las administraciones e instituciones locales nos ha permitido llegar a los colectivos a los que nos queríamos dirigir e identificar y desarrollar satisfactoriamente proyectos con un impacto real, positivo y necesario en estas comunidades.

Una experiencia escalable

El proyecto ha sido una buena experiencia, fácilmente replicable. Estas son sus características principales, según Marta Borrat, responsable de CODESPA en Marruecos:

1. La elección de la rama de formación estaba muy adaptada a las beneficiarias (la mayoría de ellas, madres). Sienten que la formación está al nivel de sus capacidades, y este elemento es siempre muy motivador.
2. Se trata de una formación muy práctica, enfocada a reforzar competencias. Les permite ofrecer un servicio profesional y tener más seguridad en sí mismas.
3. Los contenidos están adaptados al nivel educativo de las beneficiarias.
4. El programa se organiza en módulos flexibles, que se adaptan a la disponibilidad horaria de las participantes.
5. Disponer de un espacio de guardería juega un rol esencial en la conciliación trabajo-familia.