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Los productores de algas, esperanza contra la pobreza en Filipinas

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A pesar de contar con abundantes y extensos recursos acuáticos y marinos, más de 1 millón de familias de las comunidades costeras de Filipinas viven por debajo del umbral de la pobreza, debido a la ineficiente gestión de estos y la degradación de los hábitats costeros.

Filipinas, que hace años lideraba la industria de las algas, experimentó desde 2004 una caída en la producción de algas debido a problemas de calidad y estructura de precios. A esto se sumaron los desastres naturales acrecentados por el cambio climático. Como consecuencia, una industria que solía proporcionar medios de vida a más de 250.000 productores y en 2018 apenas alcanzaba las 100.000 familias.

La municipalidad de Hinatuan, en la provincia de Surigao del Sur (Mindanao) fue una de las principales áreas de producción. Sin embargo, al inicio de este proyecto la producción era regular en tan solo 5 de las 12 comunidades costeras. El mercado de las algas es bastante competitivo, con precios oscilantes y multitud de actores intermediarios. A ello se suman los riesgos naturales y climatológicos que pueden provocar serias pérdidas productivas. Esto hace que estos productores vivan en precarias condiciones.

Implicación del sector privado en la lucha contra la pobreza

Nuestra experiencia como ONG es que las empresas que constituyen el tejido productivo de un país tienen un rol fundamental en la lucha contra la pobreza. Por este motivo, las involucramos en nuestros proyectos para generar nuevas oportunidades de empleo y acceso al mercado, de manera sostenible. El objetivo es impulsar negocios inclusivos: actividades económicas que integren en su cadena de valor a comunidades de bajos ingresos.

En este caso, se trata de que estos pequeños productores de algas pasen a ser proveedores de CEAMSA, empresa española exportadora de algas con sede en Filipinas. Contar con una relación comercial estable, directamente gestionada por los productores locales, es fundamental. La confianza también es un elemento necesario: confianza en que los productores alcancen los volúmenes y calidad esperados en el tiempo acordado, y confianza en que la empresa exportadora proporcione unos precios justos y competitivos que contribuyan a mejorar su calidad de vida.

Con el objetivo de impulsar este proyecto, en 2018 tuvo lugar una primera visita de los pequeños productores a la planta que la empresa CEAMSA tiene en la provincia de Bulacán, en la isla de Luzón. Tanto directivos y técnicos de la empresa exportadora como los productores pudieron conocer a otros eslabones de la cadena y entender mejor sus objetivos, necesidades y limitaciones.

Pequeños productores de algas visitan la empresa CEAMSA

Durante la visita, los productores presenciaron por primera vez el proceso inicial de transformación de las algas. Servirán para fabricar productos alimenticios, farmacéuticos, de cuidado personal y del hogar. Los representantes de CEAMSA impartieron una formación específica sobre estándares de calidad. Transmitieron los resultados de unos análisis realizados a las muestras de algas facilitadas por ellos.

Esta iniciativa contribuirá a reducir la vulnerabilidad de los pequeños productores, al mismo tiempo que refuerza la sostenibilidad de la propia empresa en el medio y largo plazo.

De vuelta en Mindanao, los representantes de las pequeñas cooperativas, se sienten inspirados y motivados. Comenta Tatay Rudillo, Presidente de NAMAHIN, tras la visita:

“Es siempre mejor negociar directamente con la compañía; los beneficios volverán a los productores de algas; la planta analiza un 20% de muestras por cada 20 sacos; agradezco que estemos formando parte de estas negociaciones y de la oportunidad de poder hablar con ellos directamente porque ahora contamos con información de primera mano”.

CEAMSA ha dado un gran ejemplo apoyando a estos pequeños productores, promoviendo su desarrollo. Gracias a su apoyo podremos reducir la situación de vulnerabilidad de cientos de productores de algas en Filipinas.

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