Lecciones de resiliencia desde Mindanao, Filipinas

Filipinas es uno de los países más afectados por los efectos del cambio climático. Los eventos naturales, como tifones, inundaciones o sequías, sacuden el 60% del área total cultivable y al 74% de la población filipina. El riesgo de malnutrición o hambre se agrava, porque la agricultura y la pesca suponen la mayor fuente de ingreso para la población.

Los profesionales de CODESPA en Filipinas llevan años trabajando para hacer frente al cambio climático y sus efectos. Lo primero fue identificar las provincias más expuestas a los desastres naturales. Se optó por centrar esfuerzos en las regiones de Caraga y Davao, en la Isla de Mindanao.

Una vez concluido con gran éxito el proyecto en la municipalidad de Esperanza (2014-2019), pudimos lanzarnos a exportar a otros lugares las soluciones que habíamos encontrado. En esta segunda fase del proyecto, el impacto geográfico se multiplicaría exponencialmente. Acudiríamos a otros dos municipios de Agusán del sur y alcanzaríamos dos provincias más.

Conforme avanzamos en el trabajo, vemos como queda validada y amplificada la labor desarrollada en todo este tiempo gracias a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Esta continuidad facilita el impacto social, que es nuestro gran objetivo: una vez aseguramos la autonomía para el desarrollo de una comunidad, podemos apoyar a otras. Así, hemos puesto en marcha en esta región diferentes procesos orientados a optimizar la diversificación de los cultivos.

Analiza Cabantug preside la asociación de agricultores Doña Flavia (DOFFAS) y tiene tres hijos. Ella está presenciando los avances del trabajo en primera línea:

En cuanto a la adaptación al cambio climático, la planificación agrícola es un gran recurso, particularmente para los agricultores vulnerables. Con ella, han recibido la información y la orientación adecuada sobre cómo ser resiliente. Existen soluciones o mecanismos de supervivencia, como por ejemplo colocar una red de pesca en el perímetro del estanque de peces, para que no se escapen aunque haya una inundación repentina. Gracias a este proyecto, hemos difundido estos mecanismos entre todos nuestros socios.

El éxito, cuestión de confianza

Los productores se han hecho más resilientes al cambio climático, al diversificar sus cultivos. Haciéndose merecedores de su confianza, los técnicos de CODESPA han llevado a cabo una larga labor de concienciación sobre la oportunidad de cultivar algo más que arroz. El arroz es un cultivo ancestral, que ha ido generando muchas tradiciones familiares. Sin embargo, es una producción de “ciclo largo”, lo que la hace muy sensible a los desastres climáticos. Inundaciones, tifones… pueden dar al traste con los medios de vida de toda una comunidad durante seis meses. Sin embargo, ¿y si cultivaran hortalizas que se recolectan cada dos meses?

A través de iniciativas como el cultivo de verduras, el nivel de ingresos de los productores creció, dándoles además acceso a una alimentación más completa. La comercialización de los excedentes permite a los campesinos cierto grado de ahorro, que redunda en mayor calidad de vida: posibilidad de escolarizar a los hijos, inversión en materiales de trabajo o compra de medicinas.

El equipo de Filipinas ha desarrollado un expertise muy valioso, y ya están asesorando a otras organizaciones ese arte de prevenir las circunstancias adversas y, cuando no es posible, aprovecharlas para mejorar el estado anterior de las cosas.

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