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Formándose en un oficio para encontrar su lugar

Marruecos ha vivido a lo largo de los últimos 10 años una explosión industrial. Los datos del país nos muestran un elevado índice de desarrollo y crecimiento económico. Sin embargo, este ha dejado fuera a las poblaciones más vulnerables.

Miles de personas emigraban a las grandes ciudades del norte, creándose barrios donde las oportunidades no han llegado. Y en muchas ocasiones, los jóvenes de estas familias no pueden acceder a una educación adaptada al mercado laboral actual, del país.

Zakaria Drore ha encontrado en la costura su profesión

Zakaria Drore tiene 20 años. Es el segundo de cuatro hermanos, es de Tetuán y le apasiona el futbol. Dejo la educación en lo que antiguamente conocíamos como 6º de EGB, con 16 años. Había repetido varios cursos. Pero aun así, no dejo los estudios por voluntad propia.

Zakaria Drore ha encontrado en la costura su profesión

Desde entonces no había vuelto a una escuela. Trabajó en cosas sueltas. Mecánica, electricidad, construcción…, pero carecía de la formación necesaria para poder mantenerse en ese trabajo. Sabía que tenía que estudiar para encontrar una profesión. Sin embargo, necesitaba aprender rápido, encontrar una profesión que le permitiera encontrar un trabajo y ayudar a su familia.

Un día su madre le llevó al centro de formación profesional, que desde CODESPA apoyamos, y le obligó a matricularse. A él le gustó la idea de estudiar una formación profesional. Hubiera preferido ingresar en la formación de mecánica y electrónica, pero no tenía los estudios suficientes. Se matriculó en corte y confección, lo siguiente que más le gustaba.

Durante los dos meses que ha asistido a las clases de costura, le ha cogido el gusto. “Me llevo las telas de clase y me pongo a practicar en cuanto llego a casa”, reconocía. La costura tradicional que hacía su padre no le gusta, pero le encanta la confección industrial y usar la máquina de coser. Menos coser chándal. “Es muy difícil porque la tela se encoje”, dice sonriendo. Y sobre todo le gusta coser vaqueros.

En el centro no solo ha aprendido a confeccionar, según sus palabras, el respeto y la confianza son otros valores que aprende en Taboula. “En la clase todos somos hermanos. Los profesores quieren que todos seamos amigos y nos llevemos bien”.

Que sus padres vivan muchos años y tener un buen trabajo para poder ayudar a su familia son sus principales deseos para el futuro. “Me encantaría que se creen más empresas en Tetuán, que se pague más dinero y que haya más igualdad”, afirma con rotundidad.

Marruecos está viviendo un cambio importante. Desarrollo y crecimiento económico, pero debemos trabajar para que nadie se quede atrás. La formación y educación pueden preparar a los más jóvenes para este cambio y darles las herramientas para liderar el futuro de su país.