Hoy, día 8 de septiembre, celebramos el día del cooperante, un día muy especial para nosotros dado que con el título de “cooperante” podemos denominar a una parte importante de nuestro equipo. A ellos les dedicamos este día, porque estamos convencidos de que sin ellos el mundo sería un lugar mucho más difícil para miles de personas. Queremos que, hoy más que nunca, sepan que su esfuerzo, estando lejos de su familia, viviendo en lugares en ocasiones poco seguros… merece la pena.
Compartimos con vosotros el testimonio de uno de nuestros cooperantes, a quien hemos entrevistado a punto de comenzar su aventura en República Democrática del Congo; sin duda uno de los destinos más complicados donde trabajar, pero también donde nuestra presencia es más necesaria.
Constantino Gajardo tiene 42 años de edad, acento francés y nacionalidad española y chilena… es algo muy curioso, pero realizó sus estudios en Francia y ha trabajado gran parte de su vida en países francófonos. Lleva 12 años como cooperantes y como decíamos su actual destino es República Democrática del Congo.
¿Cuál fue el momento en que decidiste trabajar como cooperante?, ¿cuáles fueron los principales motivos que te hicieron tomar la decisión?
Constantino (C): Desde que soy un niño, llevo una vida como cooperante. Ya, estudiando, tuve la inquietud de trabajar en participar en el desarrollo y mejora de las sociedades que había conocido y podría decir que ahí empezó mi aventura.
¿Cuál fue tu primer trabajo, a qué país viajaste, cómo fue la experiencia?
(C): Mi primer trabajo fueron unas prácticas en un proyecto de la Unión Europea en Nicaragua. La experiencia fue muy buena, tanto en el tema profesional como personal. Cumplí con mis deseos de conocer un lugar nuevo, así como con el aprendizaje de trabajar con equipos multiculturales.
¿Ha cambiado tu visión de la cooperación durante este tiempo?, ¿ha variado tu motivación?
(C): Mi visión de la cooperación no ha cambiado. Creo que son otros factores externos, como las políticas exteriores y políticas internacionales, que sí han cambiado a lo largo del tiempo desde que estoy. Esto te hace trabajar con nuevas intervenciones y diferentes enfoques. Sigo estando motivado para seguir ampliando mi experiencia profesional y personal, y trabajar en este sector.
¿Qué tiene de particular el trabajo de un cooperante respecto a otros trabajos?
(C): Lo primero que hay que tener en cuenta es que es un compromiso bastante importante tanto profesional como personal.
Irse por un periodo determinado a un lugar relativamente desconocido, es muy atractivo para conocimiento de otras culturas y convivir con ellas. La visión que tiene uno del mundo cambia cuando se está in situ. Pero por otro lado, se tiene que tener en cuenta que hay elementos a los que no se está acostumbrado a vivir, como la lejanía de las personas queridas o estar en contextos poco estables a nivel de seguridad.
¿Dónde trabajas actualmente?, ¿cuáles son tus expectativas a medio plazo en este nuevo país?
(C): Actualmente estoy trabajando en CODESPA en la Delegación que tenemos en la República Democrática del Congo, aunque por motivos administrativos no he podido desplazarme aún y, a día de hoy estoy a la espera de otorgarme el visado para irme en las próximas semanas. Espero realizar un buen trabajo, y que junto al equipo logremos desarrollar todos los proyectos con éxito para con las comunidades a las que apoyamos.
¿En tu opinión, qué diferencia a CODESPA de otras ONG?, ¿qué es lo que más te ilusiona de esta nueva etapa?
(C): La visión de CODESPA en el desarrollo rural es innovadora respecto a una amplia mayoría de las organizaciones que trabajan en la R.D. del Congo. Opino que es una excelente oportunidad de desarrollo para las comunidades y que sin duda sus vidas mejorarán. Creo que, además, para mí es una experiencia inolvidable y enriquecedora el poder liderar la ejecución de estos proyectos.
¿Qué es para ti lo más complejo de tu trabajo?
(C): Destacaría como complejo el trabajar con equipos de diferentes culturas, etnias, tradiciones, lo que es a su vez, uno de los desafíos a relevar más apasionantes del trabajo.
¿Qué es aquello que recuerdas que te haya ocurrido y todavía te saca una sonrisa?
(C): Creo que los viajes por el país intentando llegar al destino con las indicaciones de los lugareños sigue siendo uno de los temas a mejorar. La comunicación suele empezar con las tres o cuatro palabras que uno tiene de las lenguas o dialectos autóctonos y siempre se acaba gesticulando para conocer las mejores maneras de llegar a los sitios. Incluso en alguna ocasión, mientras nos comunicamos, nos invitan a sus casas para seguir con la conversación.
¿Cómo explicarías a un niño de 4 años tu trabajo?
(C): Creo que tendríamos que decirle que en el mundo existen muchas desigualdades de todo tipo y que mi trabajo consiste contribuir a reducirlas para que las sociedades puedan progresar.
¿Por qué le dirías a la sociedad española que tu trabajo merece la pena?
(C): Podríamos decirles que, igual que queremos progresar en nuestras sociedades, también lo es importante apoyar en su desarrollo a otras personas que no pueden hacerlo ellos mismos, por falta de recursos o por circunstancias como desastres naturales o conflictos armados.
En la lucha contra la pobreza, ¿cuál crees que debería ser la ambición que como sociedad deberíamos aspirar?
(C): En la lucha contra la pobreza, en el que el concepto es tan amplio y con tantos buenos propósitos y proyectos, creo que tendríamos que aspirar a tener una voluntad mucho más determinada y un mayor compromiso de todos y cada uno de nosotros, así como aplicar unos mecanismos de redistribución que sean más efectivos.