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Nacer mujer en Goma

‘Estábamos en el poblado, era de noche. Era una época de muchos saqueos, saqueaban muchas casas. Y vinieron a saquear la nuestra…’ Este es el testimonio con el que en noviembre de 2016 comenzaba el programa de Salvados, que hablaba sobre R.D. del Congo.

Acompañado por la imagen de una mujer, su rostro y cuerpo estaba a contraluz con miedo de ser reconocida. Y por desgracia este testimonio no es único, miles de mujeres de Goma, en República Democrática del Congo, te contarían lo mismo.

Goma es la capital de la provincia de Kivu del Norte. Está situada en la zona del este del país, en la frontera de Ruanda. Durante años este país estuvo en las noticias porque la Segunda Gran Guerra de África o la también conocida como Guerra del Coltán, tuvo lugar en su territorio. En 2003 se firmo la paz, pero la guerra no ha terminado. En las retinas de sus pueblos están grabadas cómo, de forma continua, grupos armados activan el conflicto por la lucha de minerales como el coltán, el oro o diamantes, con el objetivo de controlar su explotación.

Goma una ciudad llena de peligros en África

Los grupos armados, el ilegal mercado de diamantes y el continuo conflicto armado de la zona han convertido la ciudad de Goma en una de las ciudades más peligrosas e inseguras de África. Pero este peligro es mucho mayor si eres mujer.

El alto número de desplazados que acuden a Goma como una zona de refugio, ha triplicado
su población en cuestión de unos pocos años. Actualmente existe un 1 MILLÓN de desplazados. Las condiciones de vida son cada vez más precarias, no existen servicios públicos como hospitales; gran parte de la población no tiene acceso al agua potable ni a electricidad, actividades cotidianas como lavarse las manos o poder hacer tus tareas cuando el sol se ha ocultado, son imposibles para la población. La tasa de desempleo alcanza el 80% y la mayoría de la población vive con menos de un dólar por día.

Además, la inseguridad y el éxodo rural de la población ha provocado que alimentos básicos como la harina o la leche disminuyan, causando una terrible crisis alimentaria. En un contexto así, las mujeres, junto a la población infantil, son el grupo poblacional más vulnerable. Ellas se han convertido en la principales víctimas de este conflicto.

Estar en tu casa, ir al hospital, comprar los alimentos de tu familia o incluso ir a la escuela, se convierte en una situación de peligro para las mujeres. Los grupos armados secuestran, agreden y violan. No existen cifras oficiales, hablan desde 39 violaciones diarias a mujeres en Goma, hasta cifras de 48 violaciones a la hora en el país.

Las zonas rurales son las más inseguras y donde reiniciar sus vidas es más complejo. Las mujeres que sufren las violaciones son rechazadas por las familias y las mismas comunidades; su autoestima y perspectivas de futuro se hunden. Sin apoyo alguno, lugares como el Centro Don Bosco se convierten en un hogar seguro para ellas.

Centro Don Bosco, un hogar donde reconstruir sus vidas

Desde CODESPA sabemos que no podemos ayudarles a recuperar lo que les han arrebatado, pero queremos ser parte de ese ‘hombro amigo’ que les ayude a salir hacia delante. Apoyo psico-social, la formación profesional, el acceso a microcréditos, acompañamiento a las mujeres emprendedoras son líneas fundamentales de nuestro trabajo, junto al Centro Don Bosco.

Junto a ellos, y otras organizaciones, hemos construido la Maison Marguerite. Un pilar fundamental para el futuro de madres, mujeres víctimas del conflicto y violencia sexual, niñas de la calle y huérfanas, que viven en situación de pobreza y exclusión social y económica.

Las actividades que se desarrollan en la Maison de Marguerite son:

  1. Servicios de alojamiento, manutención, médicos y psicológicos.
  2. Ciclo de alfabetización para jóvenes y mujeres a partir de 18 años. No olvidemos que en zonas como Goma el 75% de las mujeres no han tenido la oportunidad de aprender a leer, ni escribir.
  3. Talleres de formación en gestión de microempresas.
  4. Acceso a créditos.
  5. Seguimiento y acompañamiento para la puesta en marcha de los micronegocios.

En un mundo global, donde todos nos consideramos vecinos y amigos no deberíamos cerrar los ojos ante esta terrible situación. Tenemos parte de responsabilidad y muchas formas de actuar como consumidores, sociedad, empresas o individuos. Y sabemos que desde CODESPA no podemos solucionar el problema, pero sí tratar de ayudar a las mujeres a recuperarse y seguir buscando la forma de involucrarnos, cada día más, para encontrar una solución.

Si puedes, ayúdanos y dona para que podamos invertir más recursos en R.D. del Congo.