¿Cuántas veces te has planteado la posibilidad de ser solidarios con quienes sabemos que sufren, pero no están cerca? Ser solidarios con aquellos que nos rodean, nuestros seres queridos, amigos y familiares cuando están pasando por un bache es quizá algo mucho más instintivo: una llamada para preocuparte por cómo van las cosas, una cena como excusa para una sesión de “terapia”, un préstamo, un abrazo… Es algo que casi hacemos sin darnos cuenta y, por qué no reconocerlo, que nos hace sentir genial con nosotros mismos.
Sin embargo, mucha gente, a pesar de sentirse profundamente conmovido por las injusticias que cada día vemos en los medios de comunicación, en la redes sociales o que han visto con sus propios ojos, no saben cómo pueden ayudar y si su ayuda realmente serviría de algo, si ser solidario sirve de algo. En alguna ocasión me he encontrado con dudas que nos hacen flaquear a la hora de tomar una determinación y colaborar. Con este post trato de resolver algunas de las dudas que nos frenan y darte las claves de por qué y cómo ayudar, independientemente de quién seas y cómo seas…
La solidaridad habla de “causas”, encuentra la tuya
En más de una ocasión cuando he ido a pedir una colaboración a un personaje conocido, la respuesta que me he encontrado, suya o de mano de su manager es: “lo siento, pero si os ayudo a vosotros tengo que ayudar a todas la ONG que nos lo pidan…” Bien, os voy a confesar un secreto… , nadie pretende que tú solo acabes con las injusticias en el mundo y por lo tanto, nadie te va a mirar mal porque apoyes una causa y no otra.
Ni los famosos ni gente como tú y como yo, tenemos el deber de apoyar todas las causas que se nos presentan. Es completamente lícito, y no debemos sentirnos mal por ello, el ser más afines a un problema concreto y decantarnos por ayudar a quienes lo padecen. Igual has viajado a Guatemala y has conocido de primera mano a unos “peques” en un orfanato avocados a la pobreza; o igual tienes algún familiar que sufre una enfermedad y quieres apoyar las organizaciones que trabajan para buscar una cura. Sea cual sea tu motivación, es legítimo que decidas apoyar una causa, dos o tres, pero no todas las que existen.
Mi consejo es: ¡encuentra aquello que realmente te conmueve e implícate!
Hay una forma de colaborar que se ajusta a ti
Otro de los frenos que he identificado a lo largo de mi vida en diferentes conversaciones, con amigos y no tan amigos, es que muchas veces nos vemos pequeños, sin capacidad para cambiar las cosas o consideramos que no somos los suficientemente buenos y bondadosos como para ayudar o que nuestra solidaridad no cambiará nada. Aquí va mi segunda confesión: no hace falta tener el poder de Ángela Merkel, ni la excepcional calidad humana de Santa Teresa de Calcuta para contribuir a crear un mundo mejor. Existen mil formas de ser solidario, todas buenas y necesarias, solo tienes que encontrar la tuya. Aquí te pongo 3 ejemplos, pero seguro que hay muchos más y todos ellos igual de válidos.
- Se voluntario: igual, así dicho de primeras, esta opción impresiona un poco, pero no dejes de leer, en este caso también tenemos la suerte de contar con diferentes formas de voluntariado. Voluntario es aquel que dona su tiempo, su experiencia de forma altruista a una causa concreta. De este modo tu voluntariado puede consistir en acudir a un centro de mayores en España; viajar a un país en desarrollo; que la empresa donde trabajas ofrezca la posibilidad de dedicar horas de tu tiempo y tu conocimiento en un proyecto social vinculado con la empresa; o hacer voluntariado desde casa, gracias al voluntariado online (una traducción, un diseño…). Si tienes tiempo, o una empresa que te propicia un entorno para ejercerlo, sin duda esta es una gran forma de colaborar.
- Colabora económicamente: da igual la cantidad y la periodicidad, si es en efectivo o tarjeta. Las organizaciones que trabajamos en causas sociales necesitamos dinero para desarrollar nuestra labor: para pagar salarios de quienes profesionalmente nos dedicamos a ejecutar proyectos, asegurándonos de que todo se invierte de la forma más eficiente; la luz, el alquiler… Desde 1€ hasta los millones de Amancio Ortega, cualquier cantidad es bienvenida y necesaria para destinar recursos a mejorar el mundo. Si no tienes tiempo, pero sí el deseo de cambiar las cosas. No lo dudes, colabora económicamente: formarás parte de algo grande.
- Consume de forma responsable: puede que tengas tiempo, o no, puede que tengas más o menos dinero, pero lo que está claro es que consumes. Mi propuesta es que consumas mejor; y para consumir mejor no es necesario ser un activista y encadenarte a las puertas de los centros comerciales, solo basta con informarse. Cada día existen más empresas responsables, no solo grandes, también las hay pymes o startups que destinan porcentajes de sus beneficios a causas sociales o hacen negocios de forma responsable. Conócelas y prémialas (si te gustan) con tu fidelidad. Así fomentaremos que más empresas se comprometan y hagan negocios de forma responsable. En tu día a día contribuirás a un mundo mejor.
Y por último y dado que trabajo en CODESPA y no en otra, me gustaría recomendarte que eligieras colaborar con CODESPA. No porque seamos la mejor ONG, probablemente no lo seamos, sino porque es donde he encontrado un espacio para canalizar mi solidaridad, la causa que me motiva y mi forma de colaborar: es mi vía para contribuir a crear un mundo mejor y espero que también pueda ser la tuya.