La cultura de Angola está influenciada por diferentes etnias que han convivido en el país. A principios del siglo XVI, Portugal empezó a ocupar la zona de Luanda y Benguela, manteniendo su control hasta 1975. Debido a esto, ambos países comparten algunos aspectos culturales, principalmente la lengua y la religión.

Esto provocó que la cultura angoleña, de base originaria bantú (población originaria del país), haya cogido otros aspectos culturales no originarios de ellos. En Angola conviven diferentes etnias con sus propias costumbres y lenguas, como ovimbundu, ambundu, bakongo y côkwe, entre otros. Con esta base originaria de la cultura, conviven aspectos culturales portugueses.

El pensador de Côwke

El arte de la máscara azul de Angola, como la mayoría del arte africano, no se trata de una creación simplemente estética. Detrás, hay un ritual cultural que representa la vida y la muerte, el viaje de la infancia hacia la vida oculta, la celebración de una nueva cosecha y el principio de la estación para la siembra. Los artesanos angoleños elaboran las máscaras o esculturas con madera, bronce y marfil. Cada etnia tiene sus propias líneas estéticas. La línea artística más famosa es “El pensador de Côwke”, una obra maestra de la armonía y la simetría de la línea. La etnia Lunda-Côkwe situada en la parte noreste de Angola también es conocida por sus artes plásticas de calidad.

Antes de los años 80, todo el marketing de los artesanos estaba controlado por Artiang, un apoyo del Ministro de Cultura. Una vez que el monopolio sobre la producción y la comercialización del arte fueron retirados, el arte en Angola floreció. Aumentó la popularidad de las máscaras y las estatuas de madera en África y la industria del arte en Angola trató de ayudar a la demanda africana. Las máscaras y las esculturas estilizadas, que son creados para captar la mirada del turista, son generalmente conocidas como “El arte del aeropuerto”.

El carnaval, una fiesta con historia

En Angola, al igual que en Canarias o Brasil, hay desfiles de carnaval con grupos con ropas tradicionales. Pero el carnaval tiene una historia llena de altibajos.

A mediados de la década de los sesenta, la administración colonial portuguesa (ya que había movimientos de liberación nacional en Angola luchando por la independencia) creó normas que, por ejemplo, prohibían la utilización de máscaras. Como hemos comentado, las máscaras son un elemento importante de la cultura angoleña, sobre todo en la etnia Côwke y lo que querían es restringir las expresiones puramente africanas del carnaval.

En este periodo, además de Luanda, solamente el carnaval de Lobito en la provincia de Benguela era destacado, llegando a ser considerado el más animado y mejor organizado de Angola. La autoridad municipal dejaba desfilar, sin ninguna restricción, desde Porto hasta Lobito, a todos los grupos de carnaval con sus temas alegóricos, vinculados a tradiciones angoleñas.

Las fiestas en las salas en esa ciudad eran de las más animadas. Artistas y conjuntos musicales eran contratados para los bailes del carnaval desde Huambo, Lubango y Luanda a Lobito, Catumbela y Benguela. De este modo, desde todos los puntos del país, caravanas de automóviles se dirigían a Lobito durante el periodo de carnaval. Todo aquel movimiento termina repentinamente con la revolución de los claveles el 25 de abril de 1974. En 1975 en algunas provincias todavía se intentó realizar el carnaval. Pero ya no se daban las condiciones para eso ya que los colonos portugueses estaban preocupados por salir del país y no se organizaban.

Sin embargo, ahora todo ha cambiado, actualmente en Angola el carnaval se vive como nunca antes se había vivido, siendo esta fiesta una de las características más fuertes de la cultura angoleña. Los trajes y las danzas típicas continúan teniendo mucha importancia, en una época en la que los carnavales son cada vez más culturales.

** Foto de Morais Silva en portalangop.co.ao