Queridos Reyes Magos,

Hoy, después de mucho tiempo, después de muchas Navidades, me siento a escribiros una carta.Han pasado muchos años desde los que la ilusión y la magia me impulsaban a escribiros… algunos dirán que he perdido la inocencia de la infancia.

Sin embargo, creo que no he perdido esa ilusión. Quién sabe, a lo mejor la rutina del día a día, la falta de tiempo, las preocupaciones o el ‘ya lo haré’ han hecho que me olvide de vosotros… quién sabe…

En cambio este 2015 es diferente, me he sentado y he mirado hacia atrás, he visto todo lo vivido en estos 30 años. Éxitos y fracasos, sueños alcanzados y sueños perdidos por el camino, logros y decepciones; pero he decidido quedarme con lo bueno. Todas las personas que he conocido por este largo viaje, todas aquellos que me han ayudado a lograr que este viaje sea más apasionante que ningún otro y, también por qué no decirlo, estoy muy orgullosa de todas aquellas personas a las que he podido ofrecerles una oportunidad y apoyarles en sus sueños.

Pero no os equivoquéis, sé que ni me acerco a ser como vosotros, vosotros hacéis realidad los sueños de millones de personas y yo solo pongo un granito de arena. 😉

Por eso creo que podéis ayudarme a conseguir mis sueños. Este 2015 que termina he visto como el mundo se pone unos nuevos objetivos, ambiciosos e inspiradores para una nueva generación. Y os necesito para que me deis fuerza, para que cuando crea que no puedo más me tendáis una mano y para que estéis en este largo viaje, siempre a mi lado. Porque solo con vosotros haremos posibles unos regalos, que yo sola no podría hacer realidad:

• Ayudar a que nadie más, en 2030, viva en situación de pobreza extrema. Melchor, en este te necesitaría a ti.
• Gaspar, tu regalo es apasionante y motivador. Ayúdame, ayúdanos a ser la generación que acabemos con la injusticia y la desigualdad.
• Solo tres deseos, son pocos para el reto que nos enfrentamos. Por eso a ti, Baltasar, te pido el más grande de todos: ayúdanos a que todas las niñas puedan ir a la escuela; ayúdanos a derribar las barreras, que solo por ser mujer, ellas se enfrentan. Te necesito.

Cada palabra, cada deseo de esta carta va llena de entusiasmo y de la misma ilusión que cuando era una niña. Os necesito para hacerla realidad, porque no solo escribo por mí, escribo por los sueños de millones de personas.

¡Gracias y feliz Navidad!

P.D: Este año no me olvidaré de dejaros un vaso de lecha y un poco de turrón, ¡prometido!

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