El 5 de diciembre de 2013 murió Nelson Mandela, a sus 95 años. Un hombre que luchó contra la segregación racial en Sudáfrica, pero su huella es mucho más grande: su lucha por la justicia y la libertad, en cualquier lugar.

Conociendo a Nelson Mandela

Nació en Mvezo, una pequeña aldea del sur de Sudáfrica. Hijo de un jefe de una tribu, le llamaron Rolihlahla, cuyo significado es revoltoso. A los siete años, fue bautizado con el nombre de Nelson para que pudiera ir a la escuela metodista. Cuando muere su padre, Nelson fue cuidado por un primo suyo, el gran jefe Jongintaba. Gracias él, empezó a escuchar a los jefes tribales y forjó, posiblemente gran parte de su personalidad, tomando conciencia del sentido de la justicia.

Nelson pasó su vida luchando contra el racismo. Con 23 años se fue a Johannesburgo y entró a formar parte del partido político “Congreso Nacional Africano” (CNA) que luchaba por los derechos de la población negra del país. Pero en 1948, el gobierno de Sudáfrica fue presidido por un grupo de nacionalistas radicales que fomentaron el racismo, imponiendo la supremacía del hombre blanco. Mandela, se rebeló ante esto, de una forma pacífica. 10 años estuvo luchando contra el apartheid pero finalmente el Gobierno ilegalizó el Congreso Nacional Africano.

¿Qué fue el apartheid?

Significa “condición de estar separados” en el idioma afrikáans. Hace referencia a las políticas raciales discriminatorias legalizadas del Gobierno de Sudáfrica que estuvieron vigentes desde 1948 que el Partido Nacional ganó las elecciones hasta 1990.

Estas políticas prohibían los matrimonios mixtos, separaba a los grupos raciales (blancos, negros, indios y mestizos) en centros sanitarios, escuelas, medios de transporte, etc. Incluso llegaron a obligar a vivir en zonas diferentes dependiendo del grupo al que se pertenecía.

Mandela y su partido tuvieron que organizar una lucha armada en clandestinidad para acabar con el apartheid. Pero Nelson fue arrestado y condenado a cadena perpetua el 5 de agosto de 1962 por conspiración contra el Gobierno, entre otros delitos. Pasó 27 años en la cárcel viviendo en condiciones precarias; solo podía recibir una visita y una carta cada seis meses.

En 1969 el servicio secreto sudafricano preparó el asesinato de Mandela dentro de la misma cárcel. Su idea era simular que Mandela se estaba intentando fugar y que ellos le disparaban con el objetivo de capturarlo. Pero, gracias a la intervención de un agente del Servicio de Inteligencia Británico, esto se pudo impedir.

El Gobierno tuvo que poner en libertad a Nelson el 11 de febrero de 1990 por las protestas que recibió. Nelson lideró el CNA, luchando por la democracia. En 1994, se celebraron las primeras elecciones democráticas de Sudáfrica, siendo elegido como el primer presidente negro de Sudáfrica. Todos estos años habían forjado a un hombre, que comenzaba a crear un legado de justicia y libertad.

Mandela dedicó su vida a conseguir una Sudáfrica donde no importara el color de la piel, donde no importaba tu procedencia y en la que todos los hombres y mujeres fueran iguales. Fruto de ello, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1993, entre 250 premios más que le fueron otorgados en todos los niveles por su continua lucha por crear un mundo más justo.

El legado de Nelson Mandela

Además de su dedicación completa a la lucha contra el racismo, si algo nos ha dejado de legado Nelson Mandela, son sus palabras sabias y llenas de justicia. Frases que todavía hoy son en muchas ocasiones utilizadas, para que podamos recordar que un mundo más justo es posible. Frases que todavía motivan a millones de personas a dar ese paso, ese primer paso que lo cambiará todo.

** Fotos obtenidas de lasexta.com y fashographyscans.com