Hoy en día, la desigualdad es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad, ya que genera importantes consecuencias relacionadas con el desarrollo económico y social. La desigualdad no hace solo referencia a la diferencia de desarrollo que existe entre un país y otro, también la que se da dentro de cada país.
Una brecha que cada día es más grande y que no son solo cifras económicas. Todavía es mucho menor el número de mujeres que pueden parir en un hospital en países de África, si lo comparamos con Europa; y el porcentaje de niños y niñas escolarizados es mucho mayor en zonas urbanas que rurales. Estos son algunos de los ejemplos de esta desigualdad.
Por ello, la agenda de desarrollo post 2015 pone especial énfasis en frenar el aumento de la desigualdad, especialmente en el ámbito económico. Proponiendo a la inclusión financiera como una de las principales prioridades de los próximos 15 años.
La falta de acceso a servicios financieros provoca que las personas más vulnerables de la población sean aún más pobres
La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a recibir el sueldo en nuestra cuenta bancaria, domiciliar recibos, crear cuentas de ahorro, hacer pagos a través de internet, etc. Pero, aunque pueda parecer increíble, a día de hoy sigue habiendo 2.000 millones de personas que no pueden hacer esto. De hecho, se estima que solo el 62% de la población mundial posee una cuenta bancaria.
Los costes tan altos que supone para una familia poder abrir una cuenta bancaria; las largas distancias que, en ocasiones, hay que recorrer hasta la sucursal más cercana; créditos y seguros que no están adaptados a las necesidades y características de los más vulnerables; entre otras muchas razones, son los principales culpables de estos altos índices de exclusión financiera que existen.
El simple hecho de poseer una cuenta bancaria es un primer paso hacia una inclusión financiera plena, ya que supone el punto de partida para acceder a una gama más amplia de servicios financieros (microcréditos, microseguros, etc.) que, además, permiten a las personas y a las empresas normalizar el consumo, administrar los riesgos e invertir en educación o salud.
La inclusión financiera promueve el desarrollo, tanto económico como social, de las regiones y contribuye a que se potencien y fortalezcan las microempresas, ya que están más preparadas para gestionar sus recursos e invertir en mejorar su actividad.
Además, a nivel individual, mejora la seguridad y las propias condiciones de vida de las personas, que no necesitan tener todos sus ahorros en casa, previniendo así la completa pérdida de los mismos en caso de robo o de un desastre natural. En muchos en países en vías de desarrollo, no tener una cuenta para poder pagar sus facturas, les impide acceder a cosas tan básicas como luz y agua.
Por otro lado, si se facilitase el acceso a servicios microfinancieros, como los microcréditos o microseguros, se podría reducir la desigualdad de género de manera sustancial. Se acabaría con los préstamos sin regular y usuras a las que se exponen los más vulnerables cuyos intereses, literalmente, les ahogan.
Objetivo de Desarrollo Sostenible 8: promover el crecimiento económico sostenido
En estos próximos meses, los Objetivos de Desarrollo Sostenible se convertirán en la nueva hoja de ruta para la lucha contra la pobreza de muchos gobiernos y empresas. En esta ocasión, y con el objetivo de promover la inclusión financiera, se ha añadido, en esta nueva agenda post 2015, nuevos objetivos, y entre ellos está promover el crecimiento económico sostenido e inclusivo, promoviendo trabajos decentes para todos y mediante un uso eficiente de los recursos.
Las metas de este objetivo, para el año 2030, son:
- Mantener el crecimiento económico per cápita de conformidad con las circunstancias nacionales y, en particular, un crecimiento del producto interno bruto de, al menos, el 7% anual en los países menos adelantados.
- Lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación.
- Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de empleos decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación y alentar la formalización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, entre otras cosas mediante el acceso a servicios financieros.
- Mejorar progresivamente el uso eficiente de los recursos mundiales en lo relativo a la producción y el consumo, y procurar desvincular el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente.
- Lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos los hombres y mujeres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.
- Reducir sustancialmente la proporción de jóvenes que no están empleados, cursando estudios o recibiendo capacitación.
- Adoptar medidas inmediatas y eficaces para asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, erradicar el trabajo forzoso y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados.
- Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y protegido para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios.
- Elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.
- Fortalecer la capacidad de las instituciones financieras nacionales para alentar y ampliar el acceso a los servicios bancarios, financieros y de seguros para todos.
Un objetivo que parece imposible, reducir a cero el número de personas que se encuentran excluidas del sistema financiero. Sin embargo, los cambios que se producirán serán tan grandes, que debemos intentarlo: millones de personas podrán acceder a servicios médicos, miles de negocios protegidos contra desastres naturales, familias con la capacidad de pagar la luz, agua y el colegio de sus hijos. #NoEstamosLocos si creemos que debemos luchar por ello.