Vanesa, es la responsable de los proyectos que llevamos a cabo en Guatemla, y aprovechando que ha estado en España le hicimos una entrevista sobre la situación actual de Guatemala y cuál es la situación actual de los proyectos de CODESPA en Guatemala.
¿Nos puedes describir el contexto de Guatemala y de las zonas en las que trabaja CODESPA?
Actualmente Guatemala, al igual que el resto de Centroamérica, atraviesa por momentos muy difíciles. A esto hay que añadirle que las desigualdades sociales son enormes. Las comunidades indígenas, población mayoritaria en el país, es también la más discriminada siendo su acceso a las oportunidades, empezando por la educación y la sanidad, muy escasas.
El lugar donde trabaja CODESPA es en el interior del país, sobre todo, en comunidades rurales indígenas de difícil acceso, en las que ni siquiera hay una infraestructura vial. También trabajamos en Ciudad de Guatemala, en zonas marginales con personas de escasos recursos.
Por mi experiencia allí, puedo decirte que Guatemala es un país complicado, apasionante y súper bonito, con una cultura totalmente diferente muy rica.
¿Con qué población trabaja CODESPA allí?
En Guatemala hay 22 grupos indígenas y CODESPA trabaja con algunos de estos grupos.
CODESPA acaba de comenzar un proyecto de agroforestación, ¿nos puedes contar en qué consiste?
Se trata de un proyecto, financiado por la Unión Europea, que vamos a desarrollar en el norte de Guatemala, en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz y Quiché. Consiste en un proyecto sobre la gestión de recursos naturales enfocado al desarrollo sostenible. Se va a trabajar en el manejo y conservación de los bosques, combinándolo con la plantación de productos agrarios que sean amigables con el bosque y que mejoren la calidad de vida de las comunidades rurales..
Unos de los principales colectivos con los que trabaja CODESPA en Guatemala es la mujer, ¿nos puedes contar algún proyecto que se desarrolle con ellas?
En Alta Verapaz, estamos ahora terminando un proyecto, financiado por la AECID, en el que hemos estado trabajando por la integración de la mujer. Son comunidades muy pobres que no tenían acceso casi a los alimentos. Hemos puesto en marcha unas granjas integrales familiares para que produzcan parte de los alimentos de la cesta básica y que, además, el excedente lo puedan comercializar. Así pueden ser autosostenibles en su propio hogar. Lo positivo es que hemos llegado más allá de lo que pensábamos.
Por un lado, se ha creado una red, compuesta de cuatros subredes que comercializan el excedente que se produce. Por otro lado, se han reducido también costes de producción porque, por ejemplo, se les ha enseñado a producir abono orgánico de diferentes formas. Ya no necesitan comprar abono que es carísimo, si no que ellas mismas lo producen. Por último, se ha mejorado también la salud de la familia ya que en su alimentación se ha introducido pollo y más hortalizas. Así que tienen una dieta más variada que influye de forma positiva en su salud. Además el proyecto lo hemos trabajado también con los esposos pues trabajar en género no se reduce a trabajar con las mujeres, sino que también hay que trabajar en temas de masculinidad, por ejemplo.
También hay otro proyecto en Chimaltenango en el que se trabaja con mujeres, ¿en qué consiste?
Se trata de un proyecto, financiado por la Junta de Andalucía, que surge de la propia necesidad de las mujeres. Acudieron a Fudi (nuestro socio local) ya que estaban empezando a producir hongos-ostras pero no veían que no tenían los recursos necesarios en cuestión de calidad, higiene ni formación.
Se trata de un proyecto en el que ya llevamos dos años trabajando. Empezamos con un diplomado en producción de hongos-ostras y comercialización, impartido por el INTECAP (Instituto de Técnico de Capacitación de Guatemala), una institución reconocida por el Ministerio de Educación. De esta forma, las mujeres tienen una acreditación oficial de su formación.
Al mismo tiempo se construyeron cuatros módulos de hongos-ostras, que poco a poco, se han ido mejorando para que, en su momento, puedan conseguir un certificado de calidad.
CODESPA también trabaja en un programa de Empresas de Crédito Comunal, ¿puedes contar en qué consiste este tipo de empresas y los beneficios que tiene para una comunidad excluida?
Este proyecto lo estamos desarrollando Alta Verapaz, un programa con el que llevamos casi diez años con diferentes financiaciones. Se trata de una metodología basada en los bancos comunales pero con una diferencia fundamental. En los bancos comunales se recibe un primer crédito externo y, a partir de ahí, comienza su capital y se van otorgando los créditos. En cambio, en las empresas de crédito comunal, el capital sale de la propia comunidad y ellos mismos son los que establecen el precio de la acción. Ellos hacen todo el reglamento, los estatutos, las asambleas, deciden a quienes se les conceden los préstamos.
Se trata de comunidades excluidas del mercado tradicional financiero ya que se trata de personas que no poseen propiedades, por lo que no tienen garantías para ir a un banco. Además no hablan apenas español y en bancos y administraciones públicas es muy complicado que les atiendan en un idioma maya. Con las empresas de crédito comunal, ellos tienen una forma de financiarse, se trata de un producto adaptado a sus necesidades específicas. Además son empresas autogestionadas por ellos mismos.
Los créditos se utilizan para diferentes cosas. La zona de Alta Verapaz es eminentemente productora de café, cacao y, sobre todo, cardamomo. Toda la producción de cardamomo se exporta sobre todo a países árabes. Aunque hay ciclos agrarios casi todo el año, el café y el cardamomo están muy concentrados y los meses de junio, julio y agosto son épocas en la que casi no hay ingresos. Por eso, los créditos, en algunos casos se solicitan para supervivencia, otras veces para la compra de alimentos, para pagar material escolar, etc. También, muchas veces, se utilizan como inversión, por ejemplo, creando negocios, o hay socios que se han unido para procesar el cardamomo. Son pequeños productores y productoras que gracias a este tipo de proyectos consiguen salir adelante, atajando el monopolio que existe.
¿Cuál es la situación de los jóvenes en Guatemala? ¿Tenéis algún proyecto con ellos?
Los jóvenes tienen pocas oportunidades en Guatemala. Supone un gran porcentaje de la población que en la mayoría de los casos tiene que abandonar sus estudios para trabajar en el mercado informal y demasiadas veces acaban siendo captados por redes criminales. Además también está el fenómeno de “irse de mojado” a EEUU arriesgando su propia cruzando México hasta llegar a EEUU buscando el sueño americano. La trata de blancas acaba secuestrando y explotando a muchas de las chicas que se lanzan a buscar una vida mejor.
Con jóvenes tenemos un proyecto de inserción laboral en ciudad de Guatemala. Trabajamos con la organización Ceiba que se dedica a la formación e inserción laboral en nuevas tecnologías. 200 jóvenes se están formando en call center, robótica, en arreglar ordenadores…en todo el sector de nuevas tecnologías que está creciendo en Guatemala.
¿Nos puedes contar una historia de vida de algún beneficiario? ¿Cómo, gracias a algún proyecto de CODESPA, ha cambiado su vida?
Esto se trata de una carrera de fondo. En el caso de las mujeres, hemos podido comprobar cómo, poco a poco, se han ido empoderando. En un foro de integración de mujeres que celebramos en Ciudad de Guatemala, fue increíble ver cómo mujeres que nunca habían salido de sus comunidades, que siempre estaban en un segundo plano respecto a sus maridos, contaban sus experiencias, sus conocimientos. Además, pudimos comprobar que ya no nos necesitaban, sino que ellas intercambiaban experiencias unas con otras. Ya disponen de las herramientas y saben cómo desenvolverse y conseguir más herramientas por ellas mismas.
Nosotros estamos intentando conseguir que acudan a ciertos eventos para que ellas se den a conocer. Por ejemplo, Mercedes, una de las líderes del proyecto de Hongos Ostra en Chimaltenango y que ocupa un cargo directivo en la cooperativa, va a asistir al encuentro de mujeres empresarias internacional en el que nos han cedido una plaza.