Carolina Buglione trabaja como delegada de CODESPA en República Democrática del Congo, otro de los países africanos que se ha visto afectado por las guerras. Actualmente, CODESPA desarrolla diferentes proyectos en Congo, con el objetivo de ofrecer un oportunidad para que sus habitantes puedan mejorar su calidad de vida.
A continuación, Carolina, nos cuenta como han sido estos dos últimos años suyos y de CODESPA en el Congo.
– Delegada de Congo desde hace 2 años, ¿qué te encontraste cuándo llegaste allí en aquel momento? ¿Has visto alguna evolución desde entonces hasta ahora?
Se notan cambios pero de manera muy lenta. Es verdad que, por ejemplo, en Goma sí se ha notado un cambio bastante fuerte. Desde finales de 2009 vivimos un período de relativa paz y esto te permite comprobar que las cosas avanzan con mayor rapidez en contextos de paz.
– ¿Nos puedes describir el contexto del país?
Es un país que lleva 15 años de guerra, una guerra de la que todavía no ha salido. Se trata de un país enorme, casi tan grande como Europa con contrastes muy fuertes. En algunas zonas no hay carreteras y hay regiones que se encuentran aisladas.
Por ejemplo, en el este del país, Kivu Norte (una de las regiones en las que trabaja CODESPA), sigue muy afectada por la guerra. Además, se trata de una región minera donde los minerales preciosos provocan conflictos de interés y violencia, por lo que la población es muy vulnerable.
– ¿Cuál es el papel de CODESPA en Congo? ¿Qué necesidades se han identificado?
Las necesidades más básicas no están cubiertas. En algunas ciudades no hay acceso al agua potable, ni en muchos casos a la electricidad, esto afecta a los niveles de salud e higiene. Por eso, por ejemplo, con Vofa vamos a hacer un proyecto de inserción económica y social de mujeres vulnerables (las mujeres están muy excluidas en Congo) que contempla una fase de alfabetización y también se prevé pagarles un seguro médico durante un año. Esto les permitirá tener un mínimo de seguridad y no tener que abandonar el proyecto por temas de salud.
Lo que hace falta también es a nivel de formación profesional, es la promoción de productos locales y un tejido económico local que funcione. La mayoría de los productos alimentarios que se consumen son muy básicos y son importados. Pero hay un enorme potencial de desarrollar productos locales alimentarios y de servicios. El problema es que el estado tiene un nivel de corrupción muy alto y oprime mucho este tipo de iniciativas.
En un proyecto de apoyo a microempresarios locales, que vamos a comenzar ahora, como parte del convenio financiado por la AECID, hemos previsto, una persona del socio local que se dedique a acompañar a las microempresas en temas jurídicos, administrativo, etc. y que analicen si están pagando más tasas de las que les corresponden, si tienen problemas de corrupción…ayudarles a solucionar sus problemas. Muchas veces, por no saber gestionar estas cosas, las microempresas cierran, y eso es lo que queremos evitar.
– ¿En qué zonas del Congo trabaja CODESPA? ¿Con qué población?
CODESPA es una de las pocas organizaciones que en este país no trabaja en ayuda humanitaria, sino en desarrollo. Sin embargo trabajamos con una población muy vulnerable, por ejemplo con el Centro Don Bosco, que es un centro de acogida de niños vulnerables de referencia en Goma. En este centro se hace de todo: desde la acogida de pequeños huérfanos, hasta una escuela primaria y una escuela profesional.
Este centro ofrece sus servicios de forma totalmente gratuita ya que se trata de niños y jóvenes en situación muy vulnerable, así que vive gracias a la ayuda externa. CODESPA centra su apoyo en la mejora de la formación profesional orientada a la inserción laboral de estos jóvenes. Lo que estamos haciendo, poco a poco a través de un proyecto, es intentar dar sostenibilidad al centro, mejorando la productividad de los talleres profesionales (de carpintería, soldadura, costura, etc.) e intentando que empiecen a vender productos.
– CODESPA también está presente en Kinshasa, ¿nos puedes describir el proyecto que CODESPA desarrolla allí?
Trabajamos con jóvenes que viven en un barrio muy aislado donde hay otro centro que se ocupa de formación profesional. La población que vive en este barrio es pobre pero su nivel de pobreza no se puede comparar con el de Goma. Por ejemplo este centro no es totalmente gratuito para los alumnos (aunque sí es más barato que otros centros), las familias de los chicos se implican en el desarrollo de su futuro.
CODESPA está apoyando este centro para mejorar la formación profesional. Detectamos la necesidad de que a los jóvenes les faltaba un contacto real con el mundo del trabajo. Así se ha ampliado la formación con módulos de contabilidad, gestión de microempresas, gestión de negocios. De esta forma, se les apoya también para que pongan en marcha su propio taller o tengan más conocimientos sobre el mundo del trabajo, para su inserción. Además, tenemos una oficina de trabajo con unas agentes, que se encargan de buscar contactos con empresas, talleres y así facilitar también la inserción de los jóvenes.
– Tragaluz acaba de aprobar un proyecto de CODESPA para la inserción laboral de chicas vulnerables en Goma, ¿nos puedes contar en qué consiste el proyecto?
Va a financiar la construcción de un taller en un barrio muy popular de Goma. Se trata de un taller de arte culinaria que tendrá también un pequeño restaurante con la finalidad de darle a las chicas del centro Don Bosco una posibilidad de trabajar. Son chicas muy vulnerables, madres que han sufrido violaciones y que están en proceso de inserción social y económica. La posibilidad de tener un taller con una parte práctica, es una buena solución para ellas. Además se va a constituir como una cooperativa que les va a permitir generar una serie de beneficios para la sostenibilidad del proyecto en sí.
– La Junta de Andalucía acaba de aprobar un proyecto con mujeres en el ámbito rural. ¿Nos puedes acercar la realidad de estas mujeres y cómo este proyecto va a contribuir a su desarrollo?
Este proyecto está a 200 km de Kinshasa, en un sitio que se llama IBI Village. Es el primer proyecto de reforestación en África central y está financiado por varios organismos internacionales. Dentro de él, hay un proyecto, que desarrollamos junto a la organización congoleña GIAGRO. El proyecto pretende, por un lado, mejorar las oportunidades de formación profesional en esta zona rural que está afectada por un fenómeno de emigración a la ciudad, donde los jóvenes llegan y tampoco encuentran una salida profesional. Desde el punto de vista medioambiental se trata de una zona muy degradada pero tiene muchas posibilidades de desarrollo agrícola, por lo que vamos a intentar mejorar la cadena de valor para que los campesinos se puedan beneficiar.
Vamos a fortalecer una asociación de mujeres que existe para que se organicen en una cooperativa de transformación de productos del territorio. Se trata de fomentar el diálogo entre ellas, compartir experiencias y darles posibilidad de formarse en más ámbitos (higiene, costura, planificación familiar, alfabetización). Hay una gran falta de productos locales y hemos visto que algunos productos como champiñones, mermeladas, podían producirse a través de cooperativas y podrían tener mercado en Kinshasa. Esto también mejoraría la alimentación de la población ya que vamos a fomentar otro tipo de alimentos y esto incidirá, de manera positiva, en su nivel nutricional.
– ¿Nos puedes contar una historia de vida de algún beneficiario? ¿Cómo, gracias a algún proyecto de CODESPA, ha cambiado su vida?
Hay varios….pienso, por ejemplo, en Noemi, una chica de Goma que ha vivido toda la vida en el centro Don Bosco. Cuando yo llegué a Congo hace cuatro años estaba terminando la escuela secundaria. Tras estos estudios, decidió meterse en el taller de costura. Al final del curso, a todos los alumnos les damos un kit con herramientas para que puedan empezar a trabajar. Los beneficiarios tienen que contribuir a pagar este kit con el 50% del valor del mismo. A ella, en el kit, le dimos una máquina de costura. Se quedó trabajando en el sitio donde hizo las prácticas y ha sido una de las primeras en pagar este kit. Ahora está trabajando en su casa, cosiendo y está muy contenta porque genera beneficios para ella y su familia.
– ¿Qué ha conseguido CODESPA allí hasta ahora? Destaca lo más importante.
Creo que CODESPA es una de las pocas organizaciones que tiene una visión de desarrollo sostenible en esta zona. Esto supone muchas dificultades pero al mismo tiempo tienen mucho éxito ya que realmente se necesitan actividades que impliquen el esfuerzo de los beneficiarios. Creo que en esto se basa el éxito de nuestros proyectos, ya que intentamos tener en cuenta el contexto y la vulnerabilidad de la población pero al mismo tiempo apostamos por un desarrollo sostenible que implique a los beneficiarios.
– ¿Por qué necesitamos el apoyo de las empresas para mejorar la situación de la población del Congo?
Las empresas son las que mejor pueden apoyar a los proyectos de CODESPA, ya que tienen, como nosotros, indicadores de resultados concretos, que garantizan el éxito.
La presencia de empresas internacionales en Congo es muy baja porque es muy arriesgado pero al mismo tiempo, el potencial que hay es enorme. Poco a poco, las empresas están viendo estas oportunidades de negocio.
– ¿Qué puede hacer la sociedad española desde aquí para paliar la situación que vive el Congo?
Antes de nada, lo primero que debemos es informarnos de qué pasa…se trata de un país que ha sufrido mucho a lo largo de la historia, que tiene un gran potencial, mucha riqueza y un enorme capital humano.
Después, una vez que eres consciente de la situación, se puede ser mucho más sensible frente a los problemas de la población. Y ya se trata de dar un paso más y apoyar nuestros proyectos.