Durante los últimos años, Marruecos ha registrado un desarrollo económico notable. Sin embargo, las bases para que este desarrollo sea duradero y sostenible no son suficientemente sólidas; el país arrastra retrasos en términos de educación y formación, que representan un freno importante para su desarrollo.

El problema se traduce, en gran medida, en la inadecuación de la oferta de capacidades profesionales de gran parte de la población, con las necesidades que demandan las empresas. Esto genera frustración, tanto a las personas que sufren esa carencia, como a aquellos empresarios que buscan generar nuevos empleos.

El sistema educativo sufre de un alto índice de abandono escolar, entre 300-400 mil alumnos al año. Estos niveles se registran desde el inicio del ciclo de estudios, llegando el 65% de la población rural a culminar únicamente los estudios de primaria. La situación para las mujeres es más dramática, llegando a contar con un 40% de analfabetismo para el total de las mujeres marroquíes. Unos índices graves en un país donde casi la mitad de la población son jóvenes entre 15 y 29 años.

Las principal consecuencia de esto es una situación de pobreza permanente. Sin embargo, también creemos que estos jóvenes y al formación pueden ser las principales herramientas para poder acabar con este círculo de la pobreza.

En esta nota técnica os acercamos nuestra experiencia en la formación profesional e inserción laboral, en diferentes zonas geográficas de Marruecos, y como estas pueden cambiar el futuro de los jóvenes más vulnerables de Marruecos.Modelo de educación, formación e inserción profesional dirigido a personas en situación de exclusión